—... Mm, ¿por qué siento que algo anda mal? —preguntó con sinceridad He Jiayu, pero Su Xiaomo lo fulminó con la mirada.
—¿Qué anda mal? ¿Tienes algún problema conmigo?
El Sr. Buen Humor He Jiayu era demasiado listo como para discutir con ella.
Algunas gotas de lluvia cayeron y pronto les siguió un aguacero con truenos característico del verano. Luego todos los que estaban en el jardín corrieron adentro para refugiarse de la lluvia.
—Vamos —él se movió. Detrás, ella se ruborizó y de repente estiró su mano, con las mejillas infladas de nervios.
—¡Juntos!
La lluvia caída, formando una cortina entre ellos. Él quedó aturdido por dos segundos antes de tomar su mano con incredulidad.
—¡Vamos! —ella se ruborizó y gritó—. ¡Pescarás un resfriado!
Sintió un tirón en su muñeca, lo que la hizo gritar, sorprendida. De pronto, él la levantó y le habló al oído con su profunda voz y su aliento cálido rozando su piel.
—Así es más rápido.