—Sr. Song, ¿puede dejar de hacer eso? ¡Sé que tiene mucho dinero y que eso es importante! ¿Pero es necesario que siga restregándomelo? ¿Qué clase de persona sería si aceptara su dinero? ¿Y para qué se supone que es? ¿Para cubrir mis gastos médicos? ¿Como compensación por mi sufrimiento emocional? ¿O me está pidiendo disculpas de parte de su hija? Lo siento, pero si es lo último, ¡dígale a Song Qingchen que lo haga ella misma! ¡Y nunca la perdonaré, aunque me lo pida de rodillas! —An Xiaxia dijo todo eso sin parar una sola vez y su expresión era muy seria. Tenía un carácter apacible, pero ¡eso no significaba que toleraría todo! Había ocasiones en las que no quería discutir por cosas insignificantes, pero ¡esta no era una de esas! ¿Por qué aceptaría todo lo que le lanzaba?
El Sr. Song se ruborizó, también pensando que lo que estaba haciendo era inapropiado. Sin embargo, no sabía de qué otra forma enfrentarla en ese momento. No tenía nada más que dinero inútil.
