Kang Jian se sentía como un daño colateral desafortunado.
Todo empezó cuando estaba leyendo uno de los cómics de Su Xiaomo en la escuela. He Jiayu había comentado casualmente que lucía bastante bien y él alardeó de inmediato.
—¡Hermana Mo lo dibujó! ¿Acaso no es genial?
He Jiayu pestañeó y entabló una conversación, sonriendo amigablemente todo el tiempo. Antes de darse cuenta, le había dicho todos los seudónimos de Su Xiaomo.
Se estremeció al ver el emoticono de machete en el mensaje, sin dudar por un segundo de que hablaba en serio cuando dijo que le patearía el trasero.
—¡Lo siento mucho! ¡Hermana Mo, perdóname!
—Ahora, Inútil Kang, escoge una. ¿Quieres que te haga pedacitos o que te fría?
—¡Lo... lo haré yo mismo! ¡Te veo en la azotea! —Kang Jian se desconectó y se hizo el muerto después de mandar eso.