No podría haber sido más franco. Todo tipo de expresiones cruzaron el rostro de Li Fanxing mientras luchaba por mantener su sonrisa.
—Yize... Aunque no pueda ser tu novia, todavía podemos ser amigos... Lo único que quiero es verte y cuidarte desde lejos... No tengo esperanzas irracionales de que sentirás algo distinto por mí. Me gustas y eso no te incumbe...
Con esa voz melancólica y empalagosa y sus rasgos perfectamente ajustados, podría hacer que cualquier hombre cayera a sus pies. No obstante, Sheng Yize no era cualquier hombre. Tenía la lengua más despiadada cuando decidía usarla, especialmente cuando estaba de mal humor, que era lo que ocurría en ese momento. Era un día desafortunado para Li Fanxing.