¡Ohhh! ¡Xiaxia le estaba quitando los pantalones al Hermano Yize! ¡Ohhh! ¡Eso era demasiada emoción por un día!
—¡No es lo que piensas! —dijeron An Xiaxia y Sheng Yize al unísono.
Su coordinación era tan perfecta que parecía que estaban manifestando su inocencia demasiado. Chi Yuanfeng les dedicó una mirada de "no tienen que darme explicaciones, los entiendo" y su atractivo rostro desprendía asombro por todas partes.
—Lo sé, lo sé. ¡Continúen! ¡Me voy! —asintió reiteradas veces.
Dio una media vuelta y huyó con su yogur. Sheng Yize y An Xiaxia se quedaron sin palabras en sus asientos. Intercambiaron una mirada y sintieron que morirían de la vergüenza. Ella era la más frustrada. ¡Solo estaba levantando la pata de su pantalón, no quitándoselos! Con la reacción del torpe de Chi Yuanfeng, ¡ahora todo se sentía tan inapropiado!
—Xiaxia —él rozó su manito con una expresión despectiva—, me sonrojaré si intentas quitarme los pantalones así.