An Xiaxia se ruborizó desde sus mejillas hasta la parte trasera de sus orejas y hacia abajo, por su cuello, mientras pestañeaba con sus grandes ojos negros y se mordía el labio inferior.
—N... No —negó tercamente.
Sheng Yize dejó salir un largo "aaaaaah" y la miró directo a los ojos.
—¿Entonces qué tiene que ver contigo si decido participar de un partido o grabar una escena?
—¡Solo me da miedo que salgas herido! —soltó ella con ansiedad y luego se tapó la boca de inmediato.
Mierda. ¡Lo acababa de admitir por sí sola! Temer que salga herido, en efecto, era preocuparse de él... Se acababa de cachetear a sí misma hábilmente... Estaba tan nerviosa que sus ojos relucieron con lágrimas.
—¡Y qué si me preocupo! ¡Me preocupas como compañero de clase, de asiento y como amigo! ¡Qué tiene de malo! —respondió, agitando sus puñitos.