—Pero no creo que yo le guste a Xiaxia... Odia a mi gato y a mí por tomar su teléfono. Nunca me querrá—dijo Chi Yuanfeng. Cuando bajó la cabeza con desánimo, ni He Jiayu supo qué decirle para consolarlo.
—No tengo idea si le gustas o no a Xiaxia. Todo lo que sé es que, si te gusta, Yize indudablemente se pondrá celoso... —dijo resignado.
Chi Yuanfeng pestañeó y volteó hacia He Jiayu.
—¿Qué tal si elimino al Hermano Yize primero? En ese caso, ¡nadie pelearía conmigo por Xiaxia!
He Jiayu se quedó sin palabras. ¿¡En serio!? ¿Eliminar a Sheng Yize? ¿Con tus brazos diminutos?
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An Xiaxia estaba acostada en su cama mirando la foto de ella y Rong Che. Sus ojos eran dos lunitas menguantes. ¡Jum! ¡La iba a imprimir y pegar encima de su cama! No, ¡la pondría por toda la casa! Todavía absorta en la felicidad de haber conocido a su ídolo, se quedó dormida sonriendo.
Lunes.