An Xiaxia quedó aturdida de inmediato. No había visto a ese diablo en toda la mañana y pensó que al fin se había desechó de él. ¿¡Qué rayos pasaba ahora!?
Qi Yanxi sonrió traviesamente y saludó a la Clase 3 del 1° año.
—Hola a todos. Soy Qi Yanxi. Desde ahora seré su compañero. Gusto en conocerlos.
La cancha de básquetbol quedó en silencio. Todos los estudiantes de Qixia conocían a Qi Yanxi, el infame diablo...
Al ver que no había respuesta de la multitud, Qi Yanxi dejó de sonreír y los miró con desprecio.
—Por supuesto, ¡los cuidaré mucho también!
Antes de que pudiera decir algo más, una pelota de básquetbol voló en su dirección desde un ángulo imposible. Incluso alguien tan hábil como Qi Yanxi no logró esquivarla.