—¡Sheng Yize! ¡Eso es pura difamación! —An Xiaxia se quejó de forma forzada.
Las pupilas oscuras de él titilaron.
—¿Difamación? An Xiaxia, lo descubrí hace tiempo. Te gusta Rong Che y es sabido que Starry Night y él no se llevan bien. Mm...
La mentirilla de An Xiaxia quedó al descubierto y lucía muy frustrada.
—No me vas a pegar, ¿cierto?... —preguntó asustada, mientras jugaba con sus dedos.
«¡Así que las antifans eventualmente recibían su castigo divino! Mi querido Rong Che, ¡lo siento! ¡Parece que me convertiré en una mártir!»
Sheng Yize hizo sonar sus nudillos y sonrió de forma misteriosa.
—Adivina.
An Xiaxia suplicó servilmente.
—Jefe Yize, ¡por favor perdóname! ¡Nunca volveré a insultarte! ¡Seré tu fiel fan! ¡Lo prometo!
Él siguió haciendo sonar sus nudillos y dijo con holgazanería.
—En ese caso, veré cómo te comportas de ahora en adelante.