Antes de regresar al salón de clases, An Xiaxia y Su Xiaomo pasaron al baño primero. An Xiaxia se lavó la cara con agua fría y apretó los puños para hacer un juramento.
—¡Concéntrate, An Xiaxia! ¡Entra a los primeros 500 y tu querido Rong Che será tuyo!
Su Xiaomo la miró como si estuviera loca. Después de asegurarse de que no había nadie más, la presionó.
—Xiaxia, dime la verdad, ¿qué ocurre entre tú y Sheng Yize? El otro día le pregunté al inútil Kang, pero no me dijo nada concreto... No están enamorados, ¿cierto?
—¡Eso nunca pasará! —An Xiaxia sacudió la cabeza. Después de darle unas vueltas, decidió decirle la verdad a Su Xiaomo. Bajó la voz—. Bueno... su grupo alquiló el tercer piso de mi casa por conveniencia y, debido a ciertas circunstancias, le... le debó dinero, así que tengo que pagar mi deuda convirtiéndome en su asistente. Hasta firmamos un contrato...
Su Xiaomo quedó perpleja ante las noticias.