Él había hecho lo que se le ordenó, pero ¿por qué se estaban retractando?
—Sra. Sheng, ¿no le satisface el contrato? Bueno, siempre podemos hablarlo. ¿Qué tal si le damos un recargo del 5%? —levantó una mano de mala gana.
Al ver su reacción, An Xiaxia fingió una sonrisa. No había absolutamente nada de reticencia en su tono y solo estaba muy ansioso por saltar abordo con el Grupo Song.
—Sra. Sheng —su reacción solo puso más nervioso al Sr. Xu. Frotando sus manos, dijo—, ¿qué tal esto? ¡No es necesario que tengamos ninguna ganancia! Lo único que pedimos es una oportunidad para trabajar con ustedes...
—Solo estaba bromeando —dijo con indiferencia. Solo entonces el Sr. Xu soltó un suspiro de alivio.
Se fue con una mano en el pecho. Las pestañas de An Xiaxia se agitaron cuando volteó hacia Sheng Yize.
—Sheng Yize... debes pensar que es fácil engañarme.
La cara de él oscureció. ¡Por supuesto que sabía que lo había hecho a propósito!