—Todos los niños son así cuando están enfermos. Se quejan, eso es todo... —dijo Sheng Yize vagamente—. Tú y Pepsi son dos bebés llorones.
Todavía con los ojos llorosos, An Xiaxia bajó la cabeza.
—Es tarde. Ve a la cama —frotó su cabeza.
Pepsi estaba agotado de llorar y sollozaba esporádicamente, luciendo muy lamentable.
—Aah... wah... —sacudiendo sus extremidades alegremente, Cola intentó poner su biberón en las manos de Pepsi.
—Veo que el pequeño mocoso es bastante considerado —dijo riendo Sheng Yize.
An Xiaxia quería decirle que era más probable que Cola hiciera eso porque estaba lleno... Sin embargo, de verdad era raro ver una interacción tan armoniosa entre los niños. Hasta tomó una foto de los mellizos. Solo regresó a su habitación después de dejarlos durmiendo.