An Xiaxia parecía tener signos de interrogación saliendo de su cabeza. ¿Disculpa? ¿Cómo había llegado a esa conclusión?
—¿No se supone que... estés lleno de remordimientos y te pongas todo sentimental? —tragó con dificultad—. ¿Y que después decidas ser un buen hombre de ahora en adelante...?
—¿Por qué haría eso? —la miró con sospecha—. Ser buena persona no es para nada divertido. Prefiero ser malo.
En lo único que ella podía pensar ahora era: ... ¿Por qué suena tan acertado y por qué no puedo pensar en una forma de contestarle?
—Bueno... siempre y cuando estés feliz —dijo, con resignación.
Qi Yanxi sonrió con todo el corazón. Había pasado tiempo desde la última vez que vio una sonrisa tan despreocupada en su cara.
—Antes de que me convierta en mala persona, hay algo que tengo muchas ganas de hacer... —la miró con ojos melancólicos.
—¿Qué? —estaba desconcertada.