—¿Gemelos? —An Xiaxia pestañeó, totalmente desconcertada.
Sheng Yize no estaba menos sorprendido que ella. Se quedó con la cara perdida por un momento antes de confirmarlo con el médico reiteradas veces.
—¿En serio?
—Sí.
—¿Gemelos?
—... Sí.
—Es decir, ¿dos bebés?
El doctor no sabía qué decir. ¿Había otro tipo de gemelos?
—Xiaxia —con los ojos centelleantes, la atrajo a sus brazos—, ¿lo escuchaste? ¡Tendremos gemelos!
Estaba tan emocionado que quería hacerla girar por la habitación y lo único que lo detuvo fue su preocupación por los bebés. Ella se frotó los ojos y sintió ganas de llorar.
—¿Puedo llorar ahora? —dijo con una voz diminuta, pasando los brazos por su cuello—. ¿Te reirás de mí si lo hago?
—¡Tontita! —le dio un golpecito en la frente—. Llora todo lo que quieras. Estoy aquí para ti.