—¿Compramos mucho? —preguntó con incomodidad, al ver la reacción de la Abuela Sheng.
—Mucho es quedarse corto... —la abuela no sabía si reír o llorar—. A esta edad, la pequeña Esperanza come muy poco. Un tarro le dura entre una a dos semanas. Cuando crezca un poco más necesitará comida suplementaria y no beberá tanta leche.
An Xiaxia enterró la cara en sus manos y se escondió detrás de Sheng Yize. Ambos tenían cero conocimiento sobre embarazos o alimentar bebés. Obviamente, la encargada de la tienda nunca se lo mencionó por el bien de ganar un buen dinero.
Entonces... esto...
—Está bien —Sheng Yize no parecía para nada afligido—. Lo podemos guardar para el próximo bebé.
—¿Me... tienen buenas noticias? —la cara de la abuela se iluminó.