An Xiaxia levantó la vista y vio a un adolescente alto y atractivo. Media más de 1.80, pero tenía una sonrisa tímida. Al sentir su mirada, él le sonrió con dulzura y apuntó al espacio vacío a su lado.
—¿Puedo sentarme?
—Mm... ¡Sí! —asintió.
—Soy Qi Yue y soy RH negativo, como tú —el chico se presentó brevemente después de sentarse.
—Hola... —¿está intentando coquetearme? La cabeza de An Xiaxia estaba en las nubes.
—Solo quería decirte que ya no tienes que preocuparte por Song Qingchen. Tengo el mismo tipo de sangre que ella y todos mis órganos vitales están en buen estado. Le doné mi médula ósea —la voz de Qi Yue era tan amable como su personalidad. El tono bajo y pausado le recordó al sonido de un chelo.
Song Qingchen... An Xiaxia hizo su mejor esfuerzo por recordar el nombre, lo que solo la hizo parecer embobada. Qi Yue no pudo evitar frotar su cabecita.
—Está bien. No te presiones.
—Lo recuerdo —hizo puchero.