En ese instante, el mundo pareció sumirse en silencio. An Xiaxia casi olvidó respirar. Jian Xin'er fue la primera en reaccionar. Se precipitó hacia ella mientras la insultaba.
—¿¡Cómo te atreves a hacer una llamada!?
Levantó un brazo y dejó caer su mano con fuerza sobre ella. An Xiaxia la esquivó a tiempo y evadió la cachetada, pero las filosas uñas de Jian Xin'er rasguñaron su mejilla. Sintió un dolor abrasador.
—¡Vete ahora! ¡Será muy tarde cuando lleguen! —gruñó Rong Che. Sin embargo, Jian Xin'er parecía haber perdido la cabeza. Agarró a An Xiaxia del pelo e intentó meterla a la pecera de nuevo.
An Xiaxia sabía que esta vez de verdad se ahogaría... Luchó con toda su fuerza. Rong Che observó esto con un rostro imperturbable. Luego decidió abandonar a Jian Xin'er y se fue rápidamente hacia la salida. Se escuchó un fuerte estallido. ¡La puerta se abrió de una patada y un equipo de guardaespaldas ataviados en negro entraron!