—¡Muévete! —el rostro de An Xiaxia palideció y apretó los dientes. ¡Empujaría a Li Fanxing y a Song Qingchen a un lado y pasaría a la fuerza!
—Tu madre no está muerta, ¿cierto? ¿Acaso eso no te convierte en una salvaje huérfana? Con razón eres tan poco exitosa. Si fuera tú, ni siquiera estaría aquí para la competencia. Eres una vergüenza...
Song Qingchen suspiró de falsa compasión, mientras Li Fanxing dijo en un tono cínico:
—Así es, pero algunas personas simplemente no saben lo que es la vergüenza. ¿Qué se puede hacer?
Li Fanxing estiró la pierna en secreto, lo que era imperceptible bajo las capas de su largo vestido, pero ¡fue suficiente para hacer que An Xiaxia tropezara! No tenían la altura suficiente en las escaleras para herirla con una caída, pero ¡estarían lo suficientemente satisfechas al verla hacer el ridículo!
