—Hermano Ah Ze —Song Qingchen sonrió—, entonces esperaré por tu mano.
—Songsong —Sheng Yize no sonrió de vuelta. En vez de eso, habló con un tono serio—, ahora tengo novia.
La sonrisa se congeló en el rostro de ella.
—En ese entonces fue mi culpa y, Songsong, haré todo lo que pueda para compensarte. En cuanto a esta broma del compromiso, por favor, no lo menciones de nuevo —le estaba hablando a Song Qingchen, pero las palabras, en realidad, eran para Sheng Qingyi.
Él estaba rojo de rabia. Simplemente no podía entender lo que su hijo veía en An Xiaxia. No era nada en comparación con Song Qingchen, ¡desde su familia hasta sus modales y apariencia! Además, Song Qingchen era su amor de la infancia y la persona que le salvó la vida. Los dos deben haber sentido algo por el otro antiguamente.
Entrecerró los ojos y se le ocurrió una idea.
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