La imagen adjunta era una hoja de papel A4 con una oración impresa.
"An Xiaxia pasó a ser propiedad de Qi Yanxi por voluntad propia"
Su firma estaba en la parte inferior de la hoja. Sheng Yize nunca confundiría su letra. Sabía perfectamente bien que todo podía ser un malentendido, pero aun así lo irritaba. Entrecerró los ojos y los siguió en silencio.
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Qi Yanxi deambuló como una mosca sin cabeza. Poco después, llegó a la calle de snacks cercana. An Xiaxia lo siguió insistentemente con el botiquín en los brazos. Sin embargo, se mordió el labio y dudaba si acercársele. Después de todo, parecía estar de tan mal humor... Ahh, no le pegaría, ¿cierto?... Él pareció percibirla. De pronto se detuvo y tomó asiento en un puesto.
—Jovencito —la encargada lo saludó con entusiasmo—, ¿qué te gustaría?
—Un tazón de wantán... —él echó un vistazo al menú y escogió algo al azar—. Ah, que sean dos.
—¡No hay problema!