Después de ser aplastados por Qixia y totalmente derrotados, la Secundaria Yeyang perdió su voluntad de luchar y se rindieron. Por consiguiente, la segunda mitad se convirtió en el espectáculo de Qi Yanxi y Sheng Yize, ya que ahora veían al otro como oponente y luchaban con garras y dientes.
—¿Por qué parece como si usaran esteroides? Xiaxia, ¿qué dijiste antes? —Su Xiaomo suspiró.
—No dije nada —An Xiaxia la miró con inocencia—. Qi Yanxi tomó mi agua y se tomó la mitad. Entonces Sheng Yize tomó de la misma botella, así que pregunté si tenían una aventura...
—¿Y luego? —Su Xiaomo preguntó entusiasmada.
—Luego... hicieron una apuesta, diciendo que el perdedor sería un mamón... y después, se pusieron así—dijo sin esperanzas.
—¡Ja, ja, ja! —Su Xiaomo rio a carcajadas—. Así que por eso era. Chss, ¡hombres y su testosterona! Buen trabajo, Pequeña Xia. ¡Ya demuestras un gran potencial como Helena de Troya!