El chofer de mediana edad se sorprendió un poco con su orden, pero, de igual manera, la llevó a cabo obedientemente. ¡Pisó el acelerador y el auto corrió hacia el hombre de lentes! El hombre acababa de empujar a la Señorita An frente al Joven Amo. ¡Se lo merecía!
Al ver a An Xiaxia caer al piso, el hombre con lentes sonrió malvadamente.
—La próxima vez, solo disfrútalo mientras te rocío con mi "amor" —dijo.
Ella hizo una mueca de dolor y enfureció. El hombre de lentes se regocijó e iba a irse cuando un auto lujoso avanzó hacia él como un alma que se lleva el diablo. Pese a que el chofer piso el freno a tiempo, de igual forma lo atropelló. Su rostro se retorció de dolor cuando cayó al suelo. No estaba herido de gravedad, pero ¡el dolor era muy real!