Sheng Yize se quedó sin palabras. También An Xiaxia. El hombre seguía parloteando sin parar.
—Cielos, ¡cómo amo sus obras! ¡Las emociones están representadas de una manera tan refinada, el mensaje entregado es tan positivo y, lo que es más importante, los giros en la trama y el clímax de las relaciones están tan maravillosamente bien hechos! Siempre pensé que era obra de una escritoria, pero ¿qué sé yo? Esto es maravilloso. Su carisma, su estilo de escritura, su...
Sheng Yize lo interrumpió.
—Estás hablando con la persona equivocada.
—¿Qué? —el hombre quedó estupefacto.
An Xiaxia dijo torpemente:
—Soy la autora. Él es mi esposo...
—...
La habitación se sumió en silencio por un momento. El hombre rio nerviosamente y dijo:
—L-lo siento mucho... solo he leído sus libros, pero sé muy poco sobre usted...