Al salir del ciber café, Sheng Yize avanzó mientras que An Xiaxia se quedó quieta y cabizbaja.
—¿Qué haces? Vamos a casa —él frunció el ceño.
Ella sintió que su pecho se calentaba. Se sentía tan bien que alguien se preocupara por ella y la cuidara. Juntó las puntas de sus dedos índice y murmuró.
—Tengo que ir a buscar mi mochila... tengo que regresar a la escuela primero.
Sheng Yize lo pensó un poco.
—Iré contigo.
—¿Eh?
An Xiaxia seguía dudando cuando Su Xiaomo corrió hacia ella, arrastrando a Kang Jian detrás.
—Xiaxia, ¿ganaste?
—Sí—ella asintió.
—Jaja, ¡lo sabía! ¡Por eso Kang Jian y yo te compramos cuello de pato para celebrar! —le entregó una caja de cuello de pato en las manos mientras Kang Jian se quejaba—. Dije que iría a ver el partido de mi Esposita Xiaxia, ¿por qué me llevaste a comprar cuello de pato?
—Cállate, ¡idiota! —Su Xiaomo patió su trasero sin piedad.