—Lo siento, señorita. Es un malentendido. —Kaide sólo podía explicarlo como si estuviera llorando sin lágrimas.
Al darse cuenta de la situación, Davi simplemente se rió mientras ella hablaba.
—Vale, vale, lo entiendo. De cualquier manera, Kaide es mi amigo, así que... cariño, ¿no está bien si lo abrazo un poco? —Davi preguntó a Sei y cuando el hombre se quedó en silencio, Kaide empezó a despotricar.