Ese día más tarde, Davi dejó la Mansión Gris después de haberle dado al hombre enmascarado un piquito en sus labios. Ella fue a la Ciudad Azul por su reunión con el Sr. Zheng, el antiguo profesor en la ciudad de laboratorio.
Ella pasó el día dando una serie de exámenes hasta que finalmente se fue tarde en horas de la noche. Davi descansó su cabeza en el reposacabezas cuando entró al taxi.
Se medio preguntaba por qué Sei no la vino a buscar esta vez y la otra mitad de ella estaba pensando lo mucho que quería ver a Sei en ese momento, incluso habiendo ya pasado todo un día. En ese momento, Davi no quería nada más que ver al hombre, como si fuera el sol que alimenta su energía.
Sin embargo, en medio de sus pensamientos, sonó su teléfono y en el momento en que vio quien estaba llamando, sus ojos se abrieron, y contestó de inmediato.
—¿Hola? Hinari, finalmente llamaste de nuevo.
—¿Por qué? ¿Estás esperando por mi llamada?
