Al entrar Hinari y Zaki en la oficina, la voz de Sei sonó inmediatamente.
—Zaki.... ven a tomar el mando y continúa desde aquí. —Dijo Sei y Zaki solo podía caminar hacia él perezosamente.
—¿Por qué no llamas a los otros cuatro? —Se quejó pero Sei le miró con una mirada mortal.
—Eres dos veces más rápido que ellos, así que no te quejes y hazlo. —Dijo Sei, obviamente siendo impaciente por algo.
Mirando lo serio que estaba Sei, Zaki no pudo evitar dar un profundo suspiro.
—¿Ni siquiera escondes tu deseo de volver a casa? Tu yo adicto al trabajo desapareció de repente de la existencia. —Dijo Zaki mientras recogía los documentos que dejaba en el escritorio y Sei le contestó—, ¡cállate y empieza de una vez! —Causando que Zaki suspirara de nuevo.
Estaba a punto de empezar cuando Davi habló de repente.