—Está bien, es hora de que me vaya —dijo Zaki y estaba a punto de salir cuando Sei tomó su hombro desde atrás.
—¿Quién te dio permiso? —dijo con una mirada terrible. Zaki sólo pudo devolverle la mirada.
—Yo me encargaré de eso —continuó y estaba a punto de ir hacia su estudio, cuando Zaki se puso en su camino.
—Si planeas enviar información falsa, eso solo los retrasará por unas horas. Y si lo haces, tendrán aún más sospechas. Entiendes lo que digo, Sei —explicó Zaki y la mirada de Sei se volvió oscura.
—Entonces, que Kir vaya contigo. Ryou y los demás pueden quedarse aquí —dijo Sei y Zaki se rascó la cabeza.
—No. Kir se queda contigo. Iré solo —dijo Zaki. Sus ojos estaban llenos de determinación y se veían salvajes. Estaba mirando a Sei con una mirada peligrosa, indicando su intención de hacer el trabajo.