Mientras continuaba la guerra, Sei, Zaki y la princesa Fei se dirigieron a la frontera del país.
Al mismo tiempo, a los rebeldes rojos que atacaron la capital los encontraron con la guardia baja. Ya que los militares que supuestamente debían estar inmovilizados por el ataque de Sei, estaban perfectamente preparados, como si supieran que irían y los estaban esperando.
Bueno, ni uno de los rebeldes sabía que antes de que Sei diera de baja sus bases, envió mensajes codificados en secreto para advertirle al gobierno del ataque que se avecinaba.
Ese día fue el fin del aterrador grupo llamado los rebeldes rojos. Lo que ocurrió, junto con las noticias del escape de Sei causaron que el líder de Blackleaf se desmoronara del miedo. Cayeron en cuenta de que cierto monstruo manipuló el destino de todo el ejército de los rebeldes rojos. Y ese monstruo era Sei, el niño hacker prodigio que superó a todos los reyes del hackeo que existían.
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