En ese mismo momento, Sei aún estaba aturdido cuando Zaki vio a Davi aparecer en la entrada. La chica señalizó al oculto Zaki para permanecer en silencio mientras ella avanzaba hacia ellos como un ninja sigiloso.
Sin embargo, antes que ella se acercara a él, el hombre sintió de inmediato su presencia y él al instante volteó su cabeza, provocando que la chica se detuviera a la mitad del camino.
—Estoy en casa— dijo ella y Sei la miró cuando ella sonrió deslumbrantemente, él se sintió como si el silencio y la fría sala de estar hace un rato atrás de repente se volviera cálida y brillante tan pronto apareció. En ese instante, Sei podía decir que ella era en realidad la única vela brillante en esta casa, y que sin ella, todo se volvería oscuro como siempre.
Al siguiente segundo, Sei caminó inmediatamente hacia ella.
—¿Estás bien?— le preguntó repentinamente, causando que la chica se viera un poco confundida.