Tanto Yi Qing como Lonemoon se sorprendieron por su repentina pregunta. Los Cultivadores, al tener el Qi Espiritual para proteger sus cuerpos, raramente prestaban atención a los cambios de la temperatura en el ambiente.
—Ahora que lo mencionas, se siente mucho calor.
Antes de que Lonemoon pudiera terminar de hablar, una bola de fuego, de improviso, salió disparada de la tierra.
—¡Cuidado! —Yi Qing dio la vuelta ágilmente, retrocedió algunos pies y evitó por poco las llamas. Al mirar hacia atrás, vio enormes llamas saltar de la tierra, extendiéndose en todas las direcciones. En pocos momentos, todo ante él estaba cubierto en un mar de llamas.
Lonemoon inmediatamente arrancó la parte de sus mangas que se encendió por las llamas. Miraba en shock el infierno encendido ante él, las llamas eran tan poderosas que podrían prender fuego hasta su ropa.