El pensamiento no estaba dirigido a una sola persona, sino que se transmitía al vasto espacio abierto. ¡Todos lo escucharon!
La oscuridad brilló en el rostro de Wang Baole entonces, y entrecerró los ojos. Alguien más en su lugar habría estado nervioso por la ansiedad, pero no él. Sus ojos pasaron por encima del comandante de la Legión del Dragón de Tinta. Tenía una idea de lo que estaba pasando.