Hércules no quería creer que haya podido tener un hijo suyo, según el método tradicional.
Así que Jane empezó a sentir tristeza al ver que su propio padre no la quería y es más la rechazaba. Se largo a llorar y sus lágrimas eran sangre que recorría en sus mejillas.
Trate de tranquilizarla ya que la última vez que pasó, ella casi cae en un estado anémico.
Le acaricie el pelo y la alze, me la lleve lejos de Hércules, quien me decepcionó por su comportamiento ante una niña pequeña cuyo deseo era conocer a su padre por fin.
--Él no me quiere--dice entre sozollos.
--Él te quiere, solo que tarda bastante tiempo en darse cuenta de que ama profundamente a alguien--repuse, odiaba verla así.
--Él tampoco te quiere?-- pregunta y me clava sus ojos vampíricos en los míos.
--Él está dolido por lo que hice-- suspire--. Seguramente me va a hacer sufrir un poco por haberlo abandonado.
--Vámonos a casa--refiriéndose a nuestro departamento en California.
La calme y pensé que sería realmente una lástima que ellos no pudieran relacionarse. Pero bueno, si él no daba el primer paso para tratar estar cerca de su hija, ella no haría nada.
Se durmió en mi pecho y sentí como sus dientes inconscientemente entraban en mi piel. Ahogue un grito, ya que no era común que lo hiciera y se había alimentado antes de venir.
Alejo su cara un poco y le limpio la comisura de su boca.
Me senté en el sillón y la acosté, puse su cabeza en mi regazo mientras taradeaba una canción.
Hércules se aproxima y ve la escena. Se acerca y observa el parecido que tenían los dos. Luego me observa y abrió los ojos.
Lo miré y no entendí nada de lo que significaba esa mirada suya.
Jugué con mis dedos y él vio que había encontrado lo que simbolizaba nuestra unión.
--Tienes prohibido escapar de nuevo-- me agarra el mentón--. Es nuestra última oportunidad para estar juntos.
--No quiero escapar-- le sonreí--. No puedes hacer nada sin mí, y si aun quieres vengarte, te ayudare.