Sentí un dolor en lo más adentro de mí.
Luego volví sobre mis pasos y fui a buscar al tío Jekill. Cuando entré a la casa familiar de Hércules, éste me recibió y estaba a punto de darme una dulce puteada por haber desaparecido.
No le di el tiempo suficiente para que lo lograra. Fui hasta la habitación de mi tía tío, y él se queda sorprendido que no haya tocado la puerta para entrar.
Rowina Stoker estaba desnuda y atada a los postes de la cama y él estaba penetrándola, dándole lo que considero una recompensa para ella.
Me invadió una furia y una ira descomunal. Era tanto lo que estaba sintiendo que no me di cuenta hasta que casi le quiebro el cuello a mi tío Jekill.
Lo lancé contra una pared y me lo quedé mirando.
Desate a Rowina, quien lloraba a moco tendido por la extraña lujuria que sentía y que deseaba verga penetrándola hasta saciarse.
Me fui, Hércules trata de alcanzarme y detenerlo para que le dedicará unos cinco jodidos minutos para averiguar lo que estaba cocinándose en mi interior.
Cerré la puerta con llave y puse el seguro a las ventanas para impedir que alguien entrará. Luego me dirigí al baño y cerré la puerta, la tranque con una silla y me metí a la bañera, donde permanecí un rato largo en soledad.
No importaba que Hércules hubiera logrado entrar a la habitación, no podía entrar al baño ya que estaba bien trancado para impedir que ingresará.
No pude evitar derramar lágrimas. Todos los que creí conocer de alguna manera u otra encontraron la forma de manipularme a su antojo. Saber eso, me produjo tristeza y me largue a llorar.
Cuando me calme y sentí que podía seguir siendo yo misma, salí por la pequeña ventana como si realmente fuera miembro de la especie felina.
Estaba por irme y desaparecer para siempre, cuando me detengo por última vez y volteó la mirada para encontrarme con la de Hércules, quien miraba desde el estudio y pude ver que estaba enojado.
Me despedí moviendo la mano y desaparecí antes de que impidiera mi escape.