El hombre parecía severo y tenía ligeramente las mejillas rosadas, como si estuviera un poco borracho.
Cuando él nos clavo la mirada, ví como Hércules se puso tenso y casi estaba a la defensiva. Y se alejó de mí para acercarse a su padre.
Tenía la ligera sospecha que iba a actuar de escudo por si su padre se volvía algo loco por tener tantos humanos en su casa y que la sangre fuera fresca.
Su padre fue más rápido y lo esquivó, se acercó peligrosamente a mí y mostró sus colmillos para darme un susto.
Me crucé de brazos y lo miré a los ojos, arqueando las cejas.
-- Ese es tu mejor truco?-- la pregunta salió de mi boca.
Él se quedó sorprendido que no me haya asustado y que uno de sus hijos no me haya salido a defender.
Sonreí para mis adentros, ya que para ser un peligroso ser y un habitante de la oscuridad, parecía algo inofensivo comparado a las cosas con las que me alimento.
Me sujeta y yo le hice una llave. Le puse mi pie en contra de su espalda y le torcí un poco la muñeca.
No chilló de dolor, aunque supe a través de las vibraciones que no le gustaba mucho que digamos el hecho de que estaba haciendo eso.
Lo solté y lo miré a los ojos:
-- De verdad pensaste que me iba a comportar como un débil cervatillo?-- adquirí el lado asesino con el que maté a Frankestein y las demás personas que he matado en el pasado.
-- Esta mujer no es...- Hércules se aproxima y me rodea con sus brazos la cintura.
-- Si ella no es bienvenida aquí, me iré con ella-- lo mira con asco y repulsión.
-- Estás seguro de que éste es tu padre?-- lo señalé cuando le pregunté.
-- De forma lamentable sí, es nuestro padre-- responde Sherlock en su lugar.
Suspiré y miré a Hércules a la cara. Se le notaba que no le gustaba mucho estar aquí y que aborrecía ser lo que era. Hasta pude ver que le echaba la culpa a su padre.
No lo llame ni le hice girar la cabeza para que me mirará.
-- Quién es ella para que estés bastante dispuesto a irte si no le doy mi bendición de que se quedé?-- pregunta él enfadado.
-- Ella es mi esposa-- suelta la bomba.