Krenalis y Aeris conversaban emocionados mientras daban instrucciones a los diferentes sirvientes.
Estaban previos a la fiesta de cumpleaños de su hijo.
Si bien Astalris había pedido algo reservado y privado solo para la familia, sus padres habían decidido totalmente ignorar los deseos de su hijo y presumir al mundo lo genial que era.
Astalris solo pudo suspirar ante los orgullosos y emocionados ojos de sus padres.
Con el cambio de estatus de ambos de sus padres la fiesta había tomado una magnitud diferente.
Aveces costaba recordar cuando hace unos años el cumpleaños de Astalris era celebrado en su antigua pequeña casa y solo eran los tres.
La larga lista de invitados actuales incluía a varios jefes de clanes y varios miembros de la nobleza. Inclusive la corona había mandado a un Representante y el Gran Anciano de la Mansión de los Siete Placeres había venido personalmente.
Ahora que el talento en la espada del hijo de la Santa Aeris era conocido por muchos las propuestas de matrimonio no se hicieron esperar. Y aunque sus padres se morían al ver candidatas potenciales ambos sabían que no podían tomar una decisión tan importante sin su consentimiento.
Y tristemente para ellos al parecer Astalris no tenían la intención de darles nietos pronto.
La ceremonia empezó y el ambiente era ameno, todos estaba a la espera del aclamado niño genio.
Entonces Astalris ingresó al patio y un silencio inundó el aire.
Muchas de las invitadas y señoras lanzaron un gemido y resistieron el impulso de desmayarse. Otras apretaron los dientes mientras se arrancaban los pelos intentando pensar una forma de obtenerlo para sus nietas.
Un hermoso niño elfo de cabello plata y ojos dorados, vestido de una elegante túnica azul oscuro avanzó lentamente.
Los brazos de su manga iban perfectamente remangados y su cabello largo estaba atado con un simple lazo rojo.
Se podría decir que su apariencia no era extravagante, pero su caminar así como la presencia que emanaba solo podrían ser descritas como la elegancia misma.
A su costado una espada delgada y fina colgaba de tal manera que pareciera una extensión de su ser.
Astalris simplemente hizo un gesto de saludo a los presentes, sencillo pero formal y procedió a sentarse en el asiento de honor.
La fiesta empezó y el alcohol empezó a recorrer todas las mesas. Varios de los presentes se acercaban a saludar a Astalris quien los recibía con unas pocas palabras cordiales pero no promovía una conversación más detallada.
En un punto de la fiesta donde era pocos los que aún conservaban sus capacidades locomotoras Astalris se levantó y procedió a retirarse a su habitación a meditad observando el reflejo de la luna sobre el agua en su patio.
Al cabo de una media hora una sombra se deslizó hasta su puerta pero no tocó ni se presentó, parecía estar penando que decir.
Astalris entonces dijo tranquilamente, -"Adelante Tysam.-"
Tysam no pareció sorprendido de ser detectado porque ya conocía la personalidad y habilidades de Astalris, así que simplemente entró y se sentó a su espada.
-"Joven maestro..-", dijo por un momento, pero se quedó en blanco tratando de buscar las palabras correctas para expresarse.
Astalris sonrió y contestó, -"¿Como está el Clan de los Guerreros del Sol?"-
Tysam quedó estupefacto, desde su llegada sus intenciones de reclutar a Astalris ni siquiera habían tenido la oportunidad de salir como tema de conversación y menos su relación con el Clan Ancestral de los Guerreros del Sol.
De hecho la información podría ser incluso sensible, el hecho de que Clan de Los Guerreros del Sol se encontraba en declive, no cambiaba el hecho de que alguna vez fue uno de los poderes más impresionantes que dominaron el continente.
Poseían muchos tesoros y técnicas que otros poderes adorarían poseer, razón por la que tuvieron que huir a un reino de bajo nivel como esté.
Tysam empezó a entrar en pánico y solo pudo tartamudearan nerviosamente.
Astalris hizo caso omiso a sus intentos de preguntar y continuó, -"¿Quien está a cargo actualmente?-"
Tysam entró en un gran dilema. Desde que empezó a comprender quién era el joven niño hijo de la Santa, sus suposiciones habían variado extremadamente desde su primer análisis.
La concepción original de Astalris como niño genio había cambiado drásticamente a ser un monstruoso prodigio y finalmente a ser extremadamente misterioso que sinceramente le daba un poco de miedo.
No obstante, Tysam no era tonto. Rápidamente recuperó la compostura y humildemente respondió, -"El Ancestro de La Montaña Ardiente.-"
Mientras en su mente velozmente iba haciendo sus posiciones que le helaban la piel.
-"¿Y si Astalris ha sido poseído por un fantasma antiguo? ¿Quizás lo estén controlando mediante magia oscura o le hayan borrado la memoria y sobre escrito en ella?-"
Pero Astalris no se molestó siquiera en verlo y luego de pensar un momento comentó,-"No conozco ese apodo, ¿De que rama proviene?-"
-"De la Rama Del Mar Ardiente.-", dijo Tysam sudando de frío.
Si Astalris estaba siendo controlado había una gran posibilidad de que su familia también. ¿Era una trampa? ¿Qué estaba pasando? ¿Xanis y Emilia qué papel jugaban en esto?
Su posesión aclaraba varias cosas y le daba sentido a otras.
Por eso siempre es tan elegante o por eso sabe tantas cosas. No hay forma de que alguien así en verdad exista. Inclusive parece una muñeca, sin el cabello recogido y un color de túnica más femenino si o si pasa como niña.
Todos hemos visto que su ropero, solo tiene prendas de colores varoniles es obvio que no quiere ser confundido. Además nadie se cree lo de meditar, está claramente dormido.
Astalris pareció adivinar lo que estaba pensando y le tiró rápidamente un golpe en la cabeza.
-"Niño insolente. Sé que quieres mi ayuda pero no te será tan fácil. Necesito algo de tu Clan. A cambio accederé a ser tu respaldo, con ello te aseguro que cumplirás tus mayores ambiciones. Dale, cuéntame. ¿Que es lo que necesitas?.-", dijo Astalris volteando a ver a otro lado claramente indignado.
Tysam decidió dejar sus dudas sobre posesiones misteriosas en Astalris y procedió a explicar todos los sucesos que acontecieron a su venida y la oportunidad de ser Jefe del Clan.
Cuando termino de hablar, Astalris asintió y sonrió, -"Promete que me darás lo que yo quiera de tu Clan y te aseguro que serás el Jefe del Clan.-"
Tysam pensó profundamente en la propuesta. El único problema era que si aceptaba y luego debía entregar algo fundamental para la existencia o desarrollo del clan, terminaría poniendo sus interés personales antes que la de los del Clan que era exactamente lo que se suponía que no hiciesen y menos cuando fuera el Jefe del Clan.
Pero por otra parte el respaldo que le ofrecía Astalris que si bien aún no entendía claramente de dónde provenía o en qué nivel estaba. Si sabía que no era normal o común y algo en él le daba un buen presentimiento.
Una vez más Astalris pareció entender lo que pasaba por su cabeza y felizmente agregó, -"No te preocupes, nada de lo que te pida será fundamenta o esencial ni perjudicará de alguna manera a tu Clan. De hecho hasta podrás considerarlo un favor.-"
La respuesta le permitió respirar de nuevo tranquilamente e inmediatamente acepto la propuesta.
Pero cuando creía que nada podía malograr su felicidad Astalris rompió su nirvana alcanzando informándole la condición de su ayuda, -"Sin embargo, para poder llegar a tiempo a la academia a la que quiero ir tendremos que partir antes si queremos ir a tu Clan. Deberás hablar con mi madre y excusarme.-"
Luego sonrió y sus ojos tomaron un aire melancólico y triste. Miraron fijamente a Tysam como si fuese a ser la última vez que lo viera vivo y luego los cerró haciendo a la par un gesto de dolor en su corazón.
-"Pobre hombre, rezare por ti."-, susurró en voz baja mientras se retiraba.
Por otro lado Tysam quedó estupefacto al escuchad la condición y el solo pensar lo que iría a decirle Aeris lo hizo evaluar si en verdad el puesto de Jefe de Clan en verdad lo merecía.
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Pendiente de corrección *