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Chapter 21 - Capítulo 21: La calma antes de la tormenta

—Uff, uff…

Dorian jadeó mientras continuaba corriendo a zancadas, con sus largas piernas devorando las millas mientras corría hacia el sur. Constantemente respiraba fuertemente, con los ojos llenos de cansancio. En el lado positivo, los dragones aparentemente no sudaban, y eliminaban el calor por medio del jadeo, así que al menos no estaba cubierto en sudor.

De vez en cuando saltaba en el aire, usando sus alas para planear hacia adelante y cubrir un par de docenas de metros.

Era ya bien entrada la tarde y había estado moviéndose por horas. Como una bestia de clase Magister, el cuerpo de Dorian era increíblemente robusto. Además, su gran tamaño significaba que sus zancadas eran enormes, y había logrado cubrir una gran distancia en un muy corto tiempo.

El bosque de los mil robles era muy grande, y rebosante de vida. La mayoría de las bestias allí, no obstante, habían evitado a Dorian al escucharlo acercarse. Gracias a eso, no se había encontrado con ninguna otra bestia, y logró superarlo sin problemas.

Debajo del bosque de los mil robles había una enorme sabana, con largas y crujientes praderas que se extendían por millas, salpicadas ocasionalmente con algunos árboles.

Esta área estaba, según William, habitada por muchos humanos.

De hecho, mientras Dorian estaba corriendo, había visto lo que parecían algunas tribus de nómadas, preparándose para el atardecer o la noche. Vestían simples ropas de color marrón, algunas con detalles coloridos o complementos. Todos parecían ser bastante bajos, incluso los más altos eran de tan solo cinco pies y medio.

Mientras más al sur iba, más civilizada se volvía la tierra a su alrededor.

Ya se había visto forzado a desviarse de su camino, para evitar acercarse demasiado a lo que parecía una pequeña aldea rodeada por un muro alto de madera. Ya había atravesado varios caminos de tierra y se aseguró de evitarlos a toda costa.

Todavía no se había encontrado con ninguna patrulla, pero estaba seguro de que existían en algún lugar. Las bestias sin duda habían llegado vagando a estas tierras convertidas, aunque no estaban lo suficientemente lejos de los bosques en los que no habían visto ninguna bestia superior a la clase Terra. De hecho, de los pocos ciervos u otras criaturas que se había encontrado, la mayoría habían sido de clase Mortal.

Lo que motivaba a Dorian a seguir corriendo, ya con la luz de la tarde desvaneciéndose, no era sino lo que estaba justo en el centro de su visión.

En la distancia, un enorme pilar de tierra se elevaba hacia el cielo, donde desaparecía dentro del interior de un portal enorme y azul. Incluso desde la distancia, Dorian podía distinguir débiles distorsiones en el espacio en los alrededores de los bordes de ese portal, las tormentas espaciales ondulantes de las que había oído hablar.

El pilar de tierra se alzaba a decenas de millas en el aire antes de desvanecerse dentro del portal, oculto de su visión. Lo vio por primera vez hace más de una hora. El descomunal edificio era visible desde una enorme distancia, un hito gigantesco que era fácil de rastrear.

Tomó otra respiración profunda, sintiendo que el cansancio en su cuerpo casi lo abrumaba.

Aunque podía ver el gigantesco puente de mundo, todavía estaba muy lejos de él. Colapsaría del agotamiento antes si intentara alcanzarlo de una sola vez.

Mentalmente, se maldijo a sí mismo por no pensar en absorber el linaje de algún tipo de criatura voladora. Si su forma actual fuera capaz de volar verdaderamente, lo más probable es que pudiera alcanzar el puente con facilidad. Sacudió su cabeza. No tenía sentido el preocuparse de lo que no podía cambiar.

La extensa sabana fue finalmente reemplazada por enormes trayectos de tierra de cultivo, que se extendían por millas.

Se estaba haciendo cada vez más y más difícil evitar el contacto con las personas.

—Cuánto tiempo tengo… —murmuró calladamente, con sus ojos estrechos.

Aparentemente, su alma estaba emitiendo ondas muy débiles que temblaban a través del Destino, según ese viejo mago. Esas ondas se fueron apagando poco a poco, y una vez que terminaran, sería mucho, mucho más difícil seguirle la pista usando únicamente magia de Destino.

El anciano mago le había colocado algún tipo de hechizo para protegerlo de ser rastreado, pero sólo duraría un día o dos. Necesitaba aprovechar al máximo esta ventaja que le habían dado.

Varios minutos más pasaron. Progresivamente, la respiración de Dorian se volvía más y más irregular. Sus pulmones se sentían como si estuvieran en llamas, y cada paso era como si pesara mil libras.

Finalmente, se detuvo, respirando con dificultad.

Estaba agachado, cerca del límite de un terreno agrícola muy grande. Parecía que el área entera alrededor había sido restringida y utilizada para tierras de cultivo. Acababa de cruzar otra sección de campo, haciendo todo lo posible por no arruinar ningún cultivo.

Mientras se tumbaba, descansando, consideró el cambiar de forma.

Su forma de dragón myyr era de 3 metros de altura y tenía una apariencia bastante imponente. En su forma de salamandra roja, todavía se veía peligroso, pero era menos notorio. También podía ser capaz de deshacerse de sus perseguidores ya que ellos estaban buscando a un pequeño dragón.

—Ausra, ¿puedo cambiar a una nueva forma a pesar de que el crecimiento de mi linaje no esté aun completo?

Hizo una pregunta que no había considerado. Sólo había podido cambiar a su linaje de dragón myyr después de que ya había terminado su crecimiento de salamandra roja. Si quisiera tomar una nueva forma, por ejemplo, uno de esos linajes de lobos que había absorbido sería antes de que terminara de desarrollar su forma de dragón myyr.

—Sí, pero toda la energía que has almacenado para incrementar tu crecimiento será aplicada a cualquiera sea la forma a la que cambies.

La energía almacenada en su matriz de hechizos del alma permanecía almacenada hasta que era suficiente para avanzar en una etapa de crecimiento. Tenía más de mil puntos de energía almacenados en su alma en ese momento, y si los usaba todos en una forma que no usaría, sería un gran desperdicio.

Frunció el ceño. No obstante, el agotamiento perjudicó su mente, haciéndole difícil llegar a una decisión clara.

—Lo que sea —se quejó en voz alta, sacudiendo y estirando su cuerpo, todavía recuperando el aliento.

Su forma de dragón myyr era la más fuerte justo ahora, y la más rápida. Sólo permanecería así hasta que se acercara lo suficiente al puente de mundo, y luego cambiaría para ocultarse de las personas que lo estaban cazando.

Lentamente se puso de pie, sintiendo su cuerpo temblar. Miró hacia abajo a sus brazos, y luego sacudió su cabeza. Él era poderoso, pero no invencible. Necesitaba descansar y recuperarse. Después de correr cientos de millas en solo unas pocas horas, estaba al borde del desmayo por cansancio.

Dorian tomó un momento, escudriñando las tierras de cultivo cercanas.

Todo a su alrededor era plano. Tierra marrón, algunas hierbas verdes, y montones de cultivos plantados de lo que parecía trigo dorado. De vez en cuando pasaba por un pequeño afloramiento de árboles, pero la mayoría de la tierra aquí había sido despejada.

Esta parecía ser una granja particularmente grande, tan grande que apenas podía ver un pequeño edificio, a varias millas al sur donde debían vivir los dueños.

Estaba en el límite de esta granja, entre ésta y la que estaba detrás de él. Suspiró y luego miró hacia el suelo de tierra debajo de él.

—Perfecto.

Enterró sus garras, y rápidamente arrancó un gran pedazo de tierra, haciendo un gran agujero. Mientras que su forma corpulenta no sea visible desde la distancia, estaría bien. Agarró un gran trozo de tierra mientras se metía en el agujero, arrastrándolo sobre sus escamas para ocultarse.

Era un trabajo pobre, y probablemente no engañaría a nadie, especialmente considerando que su cabeza y alas aún estaban sobre el suelo. Sin embargo, funcionaría por ahora y, además, estaba lo suficientemente lejos para que su cabeza no estuviera visible por encima de los diversos tallos de trigo.

Colocó sus escamosos brazos sobre su cabeza, y se acurrucó, quedándose dormido casi de manera instantánea, la fatiga que había estado combatiendo finalmente lo abrumó.

Subiría al puente mañana.

..

—No puedo obtener un rastro directo —dijo Larah, llena de frustración mientras hacía un gesto de enojo, mirando el valle dañado.

Habían volado directamente hacia el valle, entre las cumbres destrozadas, sin perder tiempo en absoluto. Mientras bajaban, una gran pantera de colmillos negros de clase Magnus Magister se había lanzado hacia ellos, enfrentándolos.

William había visto con admiración cómo el hombre conocido como Lord Hadrion lo destruyó con un movimiento casual de su mano, sin siquiera un hechizo completo. Un rayo mortal de rayos negros había salido de su cuerpo, golpeando e incinerando a la bestia en un instante.

Había tragado saliva cuando vio esto, con su cuerpo estremeciéndose. Tenía la sensación de que el hombre delante de él era un depredador mortífero.

—¿No hay ningún cambio en el bloqueo del dragón en el Destino? —preguntó Lord Hadrion mientras se agachaba, mirando un montón de ceniza y palos quemados. Recogió un trozo, estudiándolo con detenimiento.

La maga del Destino de clase Magnus Magister hizo una pausa, y luego se concentró, con sus ojos adquiriendo un brillo blanco. Después de unos segundos, se detuvo, suspirando.

—No, no hay, además de que se debilita ligeramente. No durará mucho más, pero sólo seré capaz de conseguir una zona general de dónde está, alrededor de veinte o treinta millas de ancho. Las ondas en el Destino se han disuelto demasiado —respondió Larah, sacudiendo su cabeza. Ella se volteó, entonces, para mirar a William, con ojos inquisitivos.

—¿Estás absolutamente seguro de que no hay nada que puedas recordar? —su voz era fría y severa, teñida de fastidio.

William sacudió su cabeza, ni una sola emoción lo traicionó.

—No, señora. Es como dije lo que sucedió, comandante Larah.

Después de saber que era una maga de clase Magnus Magister, especialmente una que estudiaba magia del Destino, se había puesto extremadamente nervioso. A pesar de eso, se había apegado a su decisión.

—Fui golpeado con un ataque de magia de sangre y quedé inconsciente. Apenas fui capaz de realizar un hechizo de curación. No recuerdo nada después de eso, apenas sobreviví —su voz era tranquila, y terminó con un estremecimiento, tocando su cuerpo con cautela.

No iba a decir nada sobre el dragón.

No le debía nada a estas personas. ¿Qué cosa buena vendría de complacerlos? No era como si le pidieran que se uniera oficialmente al equipo. ¿Por qué ellos querrían siquiera a un mago de magia de madera, después de todo?

En cuanto a la herencia que obtuvo: Ese era su secreto, y no tenía intenciones de que nadie lo supiera hasta que estuviera listo. Ese dragón había salvado su vida. Estas personas eran parte del grupo que lo había abandonado.

En cuanto a congraciarse con su familia… sus ojos se pusieron duros ante la idea. Ninguno de los magos o guerreros de la familia Robel siquiera estaban aquí con ellos ahora. El líder de este grupo. Lord Hadrion, no lo había permitido.

William no estaba seguro de lo que haría en el futuro… Pero estaba seguro de una cosa. Se acabó eso de vivir a entera disposición de una familia que no lo quería. Viviría su propia vida por el momento, siguiendo sus propias decisiones.

Este simple pensamiento había resultado increíblemente liberador para él, alivianando una carga que ni siquiera sabía que estaba presente en su mente.

—Uhg —gruñó Larah, tirando de su cabello rojo con frustración.

—Tomará al menos medio día, quizás más, antes de que sea capaz de indicar su dirección —se giró y miró a Lord Hadrion, disculpándose.

El hombre la miró desde la fogata quemada, y luego hacia el cielo, tomando una respiración profunda y exhalándola.

—Si yo fuera una bestia inteligente escapando de cazadores… ¿a dónde iría? —dijo en voz alta, frotándose la barbilla.

Se puso de pie, y luego lentamente se giró hacia el sur, con sus ojos brillando. Hizo una pausa y luego se giró hacia el noroeste, con el ceño fruncido apareciendo en su cara.

—Si puede impedirte adivinar el Destino, aunque solo sea temporalmente, entonces es una criatura que está al menos en la clase Dominus y es bastante inteligente también. Con eso en mente, solo hay una posibilidad realmente. Está huyendo hacia uno de los puentes de mundo, donde ese tipo de rastreo es casi imposible. Debe estar enterado de que las fuerzas más poderosas lo están buscando —dijo Hadrion, desglosando la situación y continuando, con su áspera voz—. Hay dos puentes de mundo dentro de dos mil millas desde aquí. El tercer puente de mundo es uno al otro lado del planeta, a casi doce mil millas de distancia.

Juntó sus manos, asintiendo mordazmente.

—O bien se dirige por el puente a Mesor, o al puente de Taprisha. Si va a Mesor, buscarlo resultará bastante fácil con la ayuda que puede proporcionar el cuartel general del Departamento del Rayo negro, a solo un mundo de distancia. No obstante, si va a Taprisha… —frunció el ceño, sacudiendo su cabeza.

—Sí, son mis preocupaciones también. La familia Aurelius no solo se quedará sentada, en especial después de que dos de los suyos fueron asesinados. Esto se podría causar problemas si los nobles se involucran —respondió Larah, a la vez que asentía. Incluso el rey mago Telmon no lucharía voluntariamente contra las familias vampiro, no cuando ya estaba en conflicto con las tribus dracónicas y la reformada Alianza Graal.

Hadrion se encogió de hombros.

—Es lo que es. Volaremos durante la noche y lo interrumpiremos en el puente de mundo, al informar al imperio Tandor que debe estar al acecho de un pequeño dragón de escamas verdes —asintió cuando continuó—. Larah, envía un mensaje a uno de tus magos del Destino en la capital del Imperio del río Obsidia. Haz que uno de tus magos del Destino se una a una caravana que va hacia los cuarteles generales del rayo negro, informándoles en caso de que tome esa ruta. Incluso si son solo de clase magister, deberían ser capaces de enviar un mensaje a un planeta de distancia—.

La energía oscura que fluía alrededor de su cuerpo parecía temblar, volviéndose más concentrada.

—Sabremos con certeza en qué dirección se fue una vez que su protección del Destino desaparezca. Nadie puede bloquear el Destino para siempre, ni siquiera una bestia de clase Dominus —murmuró—. Además, prepárate para conocer a los equipos de los Departamentos de Oscuridad y Dispersión. Parece que no los venceremos después de todo.