Capítulo 22: Levantándose
—¡Hoooooola! ¡Hola! ¡Hola! ¿Cómo va el exterminio, Pequeño Haddy?
Un grito fuerte y bullicioso dio la bienvenida a Hadrion mientras flotaba a la base del puente de mundo hacia Taprisha, con la luz de la mañana derramándose en él. Hadrion suspiró.
—Eren. Ha pasado un tiempo.
Lentamente se volteó para mirar al ser que se estaba acercando a él.
De pie, de unos tres metros de altura, cubierto de ondulantes músculos, con una piel que era de un rojo muy opaco, el ser delante de él no se parecía para nada a un mago. La larga túnica naranja que vestía poco hacía para convencer a los espectadores. Un aura pesada y brusca parecía emanar de él, como si estuviera a punto de cortar el espacio mismo.
Aun así, a pesar de su apariencia, Eren Kirstein era uno de los magos de clase Dominus más experto en el Departamento de dispersión. Tampoco era un humano, sino un miembro de la raza titán.
Los titanes eran humanoides que eran conocidos por su feroz fuerza y una enorme estatura. Eren era robusto incluso entre los titanes, un verdadero noble de su raza. Solo con su fuerza pura, estaba al nivel de una bestia de clase Magnus Magister en su apogeo.
Mientras la Autarquía Borrel estaba dominada por los humanos, y en gran medida era considerado un reino o lugar de gobierno 'humano', lo que no significaba que no se les permitiera a otras razas vivir aquí. Lejos de eso, el rey mago Telmon, en el transcurso de su reinado de cerca de cuatrocientos años, había implementado cambios radicales en lo que respecta a cómo se trataban las razas.
Sin importar el color de la piel, o el credo en el que creías o tenías, todas las razas y tipos eran bienvenidos en la Autarquía.
El Departamento de Dispersión era un departamento conocido por tener magos no humanos, debido en gran parte al tipo de magia en sí. La magia de dispersión era uno de los estilos de magia más ofensivos que existen. Muchas bestias o no humanos apreciaban este tipo de magia por los abrumadores ataques que contenía.
La razón principal, no obstante, era la tensión que la magia de dispersión tenía en el cuerpo. Lanzar los hechizos más básicos requería de una forma física muy robusta, pero requerimientos relativamente bajos en términos de sensibilidad de la magia.
Hadrion había matado recientemente a un miembro del Departamento de Dispersión, otro titán, pero uno que era sospechoso, y finalmente se demostró que era un traidor. La batalla había demostrado ser feroz, una que destruyó una cordillera entera, y le valió una enorme cantidad de méritos.
No obstante, como resultado, su relación con el Departamento de Dispersión se había deteriorado. Incluso si el titán era un traidor, el hecho de que había asesinado a un miembro de su departamento y compañero no humano, había provocado resentimiento.
—¡Jajaja, sí lo es! ¡Sí lo tiene!
El titán tenía una manera extraña de hablar, donde repetía para enfatizar. Una sonrisa feroz brilló en su rostro en gran parte humanoide mientras miraba a Hadrion. Tenía una nariz corta que había sido rota antes, una fuerte quijada, y unos poderosos y penetrantes ojos rojos. Su cabello corto y blanco era escueto y resaltaba. Su tono era decididamente hostil.
Eren estaba en ese momento flotando en una gran hoja de metal negro de diez metros de largo, en medio del aire. Detrás de él había un trío de hermosas mujeres, dos vestidas con las habituales túnicas azules del Departamento del destino, mientras que una vestía una armadura de cuero negro que no reconoció. Débilmente detectó rastros de magia de maldición en ella. Arrugó su nariz ante el olor.
—¿Entonces dónde está esta pequeña bestia? —Eren juntó sus manos, con sus ojos como dardos, de izquierda a derecha.
—¿Tienes tu propio equipo, ¿sí? Encuéntralo tú mismo —la voz de Hadrion era tranquila y hosca. El tener otros magos de clase Dominus con él sólo sería bueno si confiara en ellos.
—Síííí, exactamente. Cada uno el propio.
Otra voz intervino al aparecer otra figura. Un hombre que usaba un conjunto completo de túnicas negras, con un cinturón alto envuelto alrededor de él. Su cara estaba cubierta con una máscara oscura simple y una capucha, bloqueando su apariencia.
Sus palabras se arrastraban ligeramente, mientras hablaba, como consecuencia de una herida desconocida.
Estaba flotando en el aire, solo visible a la mitad. Su forma estaba envuelta en la oscuridad, y no parecía que hubiera nadie más con él.
—Máscara de sombra —asintió, al reconocer al mago de la oscuridad de clase Dominus.
Los Departamentos de Oscuridad y dispersión eran los dos departamentos más cercanos al suyo, el Departamento del Rayo negro. Conocía a casi todos sus compañeros de clase Dominus en cada departamento, al haberse encontrado antes con muchos de ellos en diversas misiones.
—Todosss ustedesss pueden quedarssse aquí en la retaguardia. Misss sssombrasss darán caza a la bessstia y la encontrarán. Susss ssserviciosss son innecesariosss —la voz de la máscara de sombra era rasposa y estaba llena de arrogancia.
—¡Jaja! ¡Jaja! ¡Jaja! ¡No es una mala idea, pequeño mascarita! ¡Que esto sea una cacería por los récords! ¡Una competencia! —interrumpió el titán Eren, sonriendo ferozmente. Mi él ni el máscara de sombra parecían estarse tomando esto muy en serio.
El máscara de sombra no se dignó a responder, en su lugar desapareció de la vista. El titán Eren le dio a Hadrion una sonrisa burlona antes de girarse, con su enorme espada voladora flotando hacia la cercana capital del imperio Tandor, la ciudad Yum. Hadrion suspiró de nuevo y se encogió de hombros, retorciendo los dedos. A su alrededor, extendiéndose por millas, varios pequeños relámpagos negros destellaron.
Después de volar hasta el puente de mundo, Hadrion había eestablecido una compleja red de partículas de rayos, que se extendía en una enorme burbuja invisible que rodeaba la red entera.
El hechizo, conocido como magia del rayo: campo eléctrico, era uno que normalmente podía extenderse unos cuantos kilómetros como máximo. Se había visto obligado a usar magia del rayo: amplificador mayor para extenderlo. El mantener tal hechizo era agotador, pero no tenía otra manera razonable de observar el enorme puente de mundo que existía por docenas de millas.
Estaría consciente de inmediato de cualquier criatura que ingresara o saliera del puente de mundo. El campo también servía para crear una sensación extraña e inquietante que alejaba a la mayoría de la vida silvestre, dejando sólo a aquellos que estaban en la clase Terra o superior. Este puente de mundo en particular estaba establecido en una enorme sabana, a diferencia del gran río que tenía el puente de mundo hacia Mesor.
Su campo eléctrico no sólo cubría la superficie, sino que también varias millas hacia el cielo, y bajo tierra.
Sentía un dolor en los ojos. Se los frotó y movió un dedo. De inmediato, una pequeña y brillante pastilla blanca apareció en su mano. Una famosa 'píldora de luz' producida por los practicantes de la magia de luz. La magia de luz y la magia blanca eran los dos estilos de magia que competían por la corona de 'la mejor magia curativa'.
Las píldoras de luz estaban imbuidas con la esencia de un hechizo curativo de clase alta, y podían usarse para recuperar energía. Esta en particular fue creada por un mago de luz de clase Magnus Magister, que requiere la concentración de un día entero.
Usarlas para reponer la energía para evitar dormir era un gasto absurdo, pero no tenía opción.
Había dispersado a sus hombres, seis magos del rayo negro de clase Magnus Magister, y una docena de magos del rayo negro de clase Magister, para ayudar a rodear el enorme puente de mundo, pero no confiaba en nadie más que en él para mantener una red completa.
Los magos del destino de Larah estaban o trabajando para encontrar al dragón o descansando. El bloqueo en el destino se estaba debilitando, pero se estaba volviendo gradualmente más difícil localizar al dragón.
Habían logrado determinar que estaba a unos pocos cientos de millas del puente, pero no estaba ahí.
Por ahora… tendrían que esperar.
..
En una posada pequeña en la ciudad Yum, una habitación privada de tamaño mediano estaba agitada con la luz en ese momento.
Una luz blanca cegadora cubría la figura de William mientras flotaba en el aire, sintiendo que una increíble transformación sacudía su alma. Decenas de miles de símbolos revoloteaban alrededor de su matriz de hechizos del alma, desplegándose en complejos patrones y formas misteriosas.
Sus ojos brillaban mientras sentía su cuerpo temblaba, y el éxtasis y la alegría lo inundaban.
Provisionalmente, una barrera pequeña de energía comenzó a envolverlo, una capa de protección transparente y casi invisible. Cuando esto apareció, su alma experimentó un cambio cualitativo, volviéndose varias veces más fuerte.
Acababa de recibir un bautismo de las leyes de la magia, e iniciado la clase Magister.
El día anterior y la noche habían sido uno transformador para él.
Después de haber sido obligado a acompañar a Lord Hadrion y al equipo que cazaba ese dragón, William había sido abandonado sin cortesías en la ciudad Yum, la capital del imperio Tandor, extremadamente lejos de su hogar en el Imperio del río Obsidia.
Durante el viaje hasta aquí, y la noche entera, William había estado despierto examinando la herencia que había recibido de ese extraño mago caído.
Cuanto más conocimiento leía y absorbía del grupo de símbolos en su alma, más y más sentido tenía. El método poco ortodoxo de estudiar la magia de luz que tenía ante sus ojos parecía extraño en un comienzo. Pero después de una exposición constante, su comprensión general de la magia había empezado a cambiar.
Cada hechizo se convirtió en una canción para él, una de belleza y misterio. El combinar símbolos d una manera u otra era como crear una pintura hermosa, y maravillarse ante ella.
Las experiencias pasadas del difunto mago relacionadas a la magia de luz inundaban su mente, el conocimiento exacto que necesitaba saber aparecía cuando lo necesitaba. Era como una esponja, absorbiendo información a una increíble velocidad.
Logró pasar por la clase Mortal, la clase Terra y la clase Caelum en una sola noche.
Confió en que su alma ya estaba en la clase Caelum para sobrevivir al impacto de este avance. Y, a pesar de que entonces solo era de clase Caelum, su comprensión de la magia de luz había logrado alcanzar la clase Magister antes de que se viera obligado a detenerse, con su cabeza amenazando con implosionar.
Sabía que cada clase más allá de la clase Magister, requeriría un crecimiento paso a paso. Sólo había logrado avanzar tan rápidamente en su comprensión gracias a que su alma ya estaba en clase Caelum.
Aun así, hacer todo eso en una sola noche… los poderes otorgados por el mago caído en su herencia eran verdaderamente absurdos.
—Increíble —murmuró, agitando las manos. Un rayo de luz saltó de una mano a otra, moviéndose a una velocidad fantástica. Este rayo tenía aproximadamente el tamaño de su mano, pero era solo de unos centímetros de grosor.
Este era un hechizo que el mago caído de clase Angelus había creado por sí mismo. Un hechizo de transporte fantástico llamado magia de luz: luz de conducción.
Miró a través del pequeño rayo y lo sostuvo en su mano por un segundo, mirando a su habitación.
No era demasiado grande, sólo tenía unos ocho metros de ancho. Un pequeño dormitorio de posada, con una mesita de noche pequeña, una cama y algunas pinturas en la pared. Un suelo duro de madera cubierto por una alfombra lisa. Nada lujoso.
Movió su mano hacia adelante. Mientras lo hacía, el pequeño haz de luz en su mano se disparó hacia adelante y aterrizó en el lado opuesto de la habitación.
Tan pronto como aterrizó, casi de manera instantánea, su cuerpo se desvaneció y reapareció en el lugar donde había enviado el rayo de luz.
—¡Increíble!
William sonrió, agitando su puño en el aire ¡La magia de luz era verdaderamente increíble! Mientras consideraba esto, su mente viajó a cómo había obtenido esto, y su sonrisa se atenuó. Miró hacia sus manos, y luego las apretó. Había tomado una decisión desde el corazón.
No dejaría que el dragón caminara hacia esa trampa si tenía algo que decir al respecto.
..
En un campo pequeño al azar a docenas de millas al norte de la ciudad Yum, apareció un dragón de escamas verdes de tres metros de alto, levantándose a la luz de la mañana. Se sacudió la tierra de sus escamas, cayendo en una cascada.
—Mmmm.
Dorian bostezó y estiró su forma dracónica sintiendo un calor profundo en sus escamas. Sacó una hierba mágica al azar de su bolsa espacial que había amarrado a su cuello, saciando su apetito y sed. Las hierbas mágicas realmente eran un alimento milagroso del que se podía vivir por completo.
Luego se volteó hacia el sur. Donde estaba el descomunal pilar de tierra que era el puente de mundo.
Poco a poco su cuerpo comenzó a cambiar, las escamas verdes se retorcían, sus brazos y piernas se distorsionaban. En solo fracciones de segundo, su cuerpo enorme de tres metros de altura se redujo a una salamandra roja mucho más pequeña, de apenas un metro de altura. En longitud, era de unos dos metros de largo, con unas escamas rojas recubiertas y una hilera de puntas afiladas en su lomo.
Su forma mayor de salamandra.
—¡Weraagisf! (¡Funcionó!)— dijo en voz alta, masacrando completamente las palabras mientras trataba de hablar. Se dio cuenta, ara su consternación, de que no podía hablar con normalidad en su forma de salamandra roja. Las cuerdas vocales de una salamandra roja eran extrañas y no lo permitían.
Poco a poco había llegado a sentir que todas las habilidades que Ausra tenía eran realmente suyas, al venir de su era matriz de hechizos del alma. Incluso la propia Ausra era simplemente un constructo de su propio poder.
Si estuviera siendo atacado, sería demasiado peligroso tener que pedirle a Ausra cambiar de una de sus formas a otra.
Mas bien, solo al usar su voluntad, podía hacer que sus formas cambiasen.
Sonrió, con sus dientes levantándose en una mueca en su forma de salamandra roja, y comenzó a correr hacia el sur, en un camino que podría rodear la capital y conducir directamente hacia el Puente de mundo, haciendo todo lo posible por parecer una bestia salvaje.
..
Flotando a varias millas en frente del puente de mundo, en la dirección de la ciudad Yum, había una cohorte de enormes espadas negras de metal con varias figuras de pie en ellas.
La mayoría de las figuras eran humanos, pero tres eran grandes titanes de piel roja. Algunos vestían túnicas anaranjadas mientras que otros estaban vestidos con una armadura de metal negro ajustada. Los tres titanes estaban vestidos con una armadura negra completa, reforzadas por lo que parecían ser miles de espadas diminutas unidas juntas.
Eren tarareaba alegremente para sí mismo mientras juntaba las manos, mirando en dirección de la ciudad. Estaba sentado en el borde de su espada flotante, con las piernas colgando.
—Su Señoría.
Una de las hermosas mujeres del trío que estaban de pie en su espada avanzó a su lado. Su túnica azul se balanceó lentamente, ceñida fuertemente a su cuerpo.
—¿Sí? Sí. Sí, Mayne —respondió, con sus ojos brillando.
—No puedo determinar una locación exacta, pero sabemos que la perturbación en el destino está en algún lugar dentro de unas cien millas de aquí —su voz era tranquila, haciendo juego con sus apacibles ojos azules.
—Ya veo, ya veo —la voz de Eren retumbó. Pequeñas, diminutas espadas flotaban arriba de su cabeza, trasparentes y efímeras. Se rascó la cabeza, alborotando su cabello blanco.
—Es una competencia ahora —estiró sus brazos con sus músculos sobresaliendo. Una sonrisa pequeña apareció en su cara mientras se ponía de pie, mirando hacia sus subordinados.
—¡ATENCIÓN!— su voz resonó, era una explosión llena de autoridad y poder. Al instante todos los magos en sus espadas voladoras se giraron e inclinaron ligeramente, con atención. Una poderosa y marcada aura se propagaba desde Eren. Su fuerza como mago de clase Dominus estaba completamente revelada.
Los tres titanes flotaron hacia el frente de la multitud, flectando una de sus rodillas delante de él.
—Mayne. Greta —gritó, saludando con sus manos. Inmediatamente la mujer que llevaba una armadura de cuero negro ajustada caminó hacia adelante, de pie junto a Mayne—. Ustedes dos irán con Byrus y tomarán el lado oeste del puente. Laura, tu permanecerás conmigo en el centro. Ugdol y Barrack ustedes dos tomarán el lado este. Todos los demás harán pareja con sus líderes de equipo habituales —su voz agitó el aire cuando los magos comenzaron a separarse, reuniéndose detrás de los tres titanes—. Estamos en la búsqueda de un pequeño dragón de escamas verdes. Es astuto y poderoso. Si lo ven, no deben atacarlo, en su lugar lancen al aire una cuchilla de esquila.
Aplaudió con sus manos, haciendo un ruido muy parecido a un trueno.
—¡Muévanse!
..
—Vayan mis bellezasss… busssquen las sombrasss… encuentren al dragón de escamasss verdesss… —un hombre vestido con una túnica negra flotaba en un disco de oscuridad, a varias millas arriba del suelo. La oscuridad fluía a su alrededor como un río mientras varias formas de sombra se desprendieron, cientos de ellas volando hacia abajo.
—Encuéntrenlo…