Una ráfaga de viendo cruzó gentilmente, acariciando a los dos que yacían en el suelo bajo el vasto cielo, como un suave par de manos.
Todo estaba completamente en silencio y apacible.
La belleza de la mujer era incomparable, su orgulloso cuerpo. Ninguna chica en el mundo sería capaz de resistir e inclinarse ante ella. Y el hombre mostraba un cuerpo fuerte y musculoso, diabólicamente guapo, sus ojos sin expresión miraban al espacio sin fin.
El valor de su entrepierna era inmenso y masculino y a pesar de que una ropa blanca estaba amarrada a en su entrepierna, no podía cubrir la majestuosidad de lo que estaba oculto debajo.
Ni Mantian tuvo un sueño. Dentro del sueño, ella se volvía la reina de todo y guiaba la secta Linglong en el plano más alto. Y en el momento en que ella se sentaba en su trono, escuchó un sonido venir de la nada y entonces, un par de manos llenas de malicia llegaron, rompiendo las capas del espacio y destruyendo todo.
—Ah…—Ni Mantian abrió repentinamente sus ojos cuando la ráfaga de aire frío le rodeó. Entonces notó que su confiable espada no estaba en su mano.
«¿Qué está pasando?»
El cuerpo de Ni Mantian se estremeció al sentir repentinamente un dolor insoportable proveniente de su pecho. Entonces cayó sobre sus rodillas, su anteriormente sonrosada cara se volvió pálida y cayeron gotas de sudor desde su cabello, mostrando otro tipo de estilo.
Ni Mantian trató de recordar qué pasó. Una persona había llegado, pero en el momento en que cerró sus ojos, repentinamente perdió el conocimiento.
«Qué pasó, ¿qué ha pasado?»
Ella era un octavo nivel Pericelestial, con profunda e impenetrable concentración mental. ¿Cómo pudo haber perdido el conocimiento por un momento?
Mientras Ni Mantian estaba realmente confundida, leyó lo que estaba escrito en el suelo.
—Eso... —La anteriormente confundida Ni Mantian se puso furiosa en un instante, su expresión se volvió fría como el hielo.
—Lei Feng…—Ni Mantian apretó sus dientes y maldijo.
—Qué pasó…—Esta vez, Mo Yi Xuan despertó.
—Mo Yi Sin, tú…—Cuando Ni Mantian vio la entrepierna de Mo Yi Xuan, un escalofrío recorrió su cuerpo—. ¡Eres una persona descarada!
—Ni Mantian… tú—Mo Yi Xuan se puso pálido al ver su apariencia, pero al ver la de Ni Mantian, estaba simplemente, sorprendido.
«¿Cómo hizo su pecho plano para volverse así?»
Y cuando Mo Yi Xuan vio las palabras escritas bajo su pie, su cara se puso roja instantáneamente. Pero en el momento en que estaba por liberarse, sintió un repentino dolor proviniendo de su entrepierna y llegó hasta su cerebro.
—¡Ah!
En el momento en que gritó, el séptimo nivel Pericelestial, Mo Yi Xuan, sintió un dolor inimaginable recorrer por todo su cuerpo, haciéndole estremecerse.
Mo Yi Xuan intentó soportar el dolor, pero éste llegaba ola tras ola como la marea, agarrándole con la guardia baja.
—¿Fui derrotado? —El corazón de Mo Yi Xuan estaba atormentado, horrorizado, pero entonces, notó que el mapa de tesoro del séptimo santo que llevaba en su mano había desaparecido al igual que su anillo de almacenaje.
—El mapa del tesoro del séptimo santo… se ha ido…—Mo Yi Xuan estaba horrorizado.
Mo Yi Xuan no hubiese dicho nada si sólo su anillo de almacenaje y sus ropas se hubiesen desaparecido. Sólo se sentiría arrepentido. Pero perder el legendario mapa del tesoro del séptimo santo, le hizo perder el control por completo.
Ni Mantian también intentaba soportar las olas de dolor en su pecho, y al ver las marcas de garra en su pecho, se dio cuenta de lo que le había ocurrido. Cuando Ni Mantian escuchó las palabras de Mo Yi Xuan, también se sorprendió.
«¿El mapa del tesoro del séptimo santo desapareció?»
—Bastardo, incluso si excedo mi cultivo base, te enviaré al abismo profundo —Ni Mantian perdió su compostura. Esa persona se había atrevido a hacerle tales cosas, era imperdonable, completamente imperdonable.
Hacer enojar a un maestro Pericelestial era algo aterrador.
Antes de entrar a la etapa Pericelestial, uno podía ser considerado humano. Pero después de entrar a la etapa Pericelestial, ya no sería más un humano, sino un celestial.
—Cúmulo del diablo infinito.
Mo Yi Xuan invocó sus poderes Pericelestiales, sus ojos se encendieron en energía negra, y su impulso estalló, purgando por la fuerza todo el dolor y las distracciones. Saltó al cielo, sin tener en cuenta a Ni Mantian.
Incluso si él estuviese llevando un pañal blanco, nada podía detener la actual habilidad de Mo Yi Xuan.
El impulso de un Pericelestial era evidente en ese momento.
—¡Diablo infinito! —Mo Yi Xuan flotó en el cielo y gritó con furia. Torbellinos de gas negro rodearon sus manos, fantasmas malvado y espíritus reían entre ellos como si estuviesen a punto de ser liberados.
—Encuéntrenlo, incluso si tienen que voltear el mundo de cabeza… encuéntrenlo —Mo Yi Xuan dijo con una expresión malvada.
—Voluntad de la Espada Suprema —justo como Mo Yi Xuan había invocado la búsqueda Diablo infinito, la voluntad de la espada suprema que contenía inmensa sed de sangre flotó en el cielo y penetró a través de las capas de nubes.
Los fantasmas malvados y espíritus se dispersaron instantáneamente al ser tocados por las espadas.
—Ni Mantian, ¿qué está tratando de hacer? —Mo Yi Xuan miró hacia Ni Mantian con una expresión oscura.
—El mapa del séptimo santo no debe caer en manos de las sectas malignas —Ni Mantian flotó en el cielo, con magníficas espadas girando en su espalda.
—Hermana sénior…—En ese momento, un rayo de luz atravesó las nubes a lo lejos.
Mo Yi Xuan cambió su expresión.
—Ni Mantian, puedes tener la ventaja hoy, pero no seas engreída. Los efectos secundarios de invocar los poderes celestiales son algo que no puedes controlar.
—¿Realmente crees que escaparás? —El mapa del séptimo santo pudo haber sido robado, pero Ni Mantian no planeaba dejar a los malvados escaparse frente a ella.
Mo Yi Xuan miró fríamente a Ni Mantian y apretó sus dientes.
—Ni Mantian. Veamos cómo planeas detenerme.
En ese momento, el impulso que rodeaba a Mo Yi Xuan surgió a la fuerza, abriendo un hoyo en el espacio mientras su figura desaparecía en él.
Ni Mantian estaba sorprendida. Abrir un hoyo en el espacio era una habilidad de los Celestiales menores, y Mo Yi Xuan era sólo un séptimo nivel Pericelestial, lo que significaba que el hoyo que abrió en el espacio era más bien inestable.
Una apuesta entre la vida y la muerte.
El rostro de Ni Mantian estaba pálido. Un chorro de sangre salió de su boca y cayó del cielo.
—Hermana sénior…—En ese momento, un grupo montando sus espadas volaron hacia Ni Mantian. Una mujer entre ellos sostuvo a Ni Mantian con una expresión preocupada en su rostro.
—Vayan, la persona que robó el mapa del séptimo santo aún debe estar cerca. Deben encontrarlo —al decir eso, Ni Mantian desfalleció en un instante.
El efecto secundario de invocar los poderes celestiales sobrepasando los límites eran grandes, y Ni Mantian debía usarlos sólo como último recurso.
Si ella hubiese dejado que Mo Yi Xuan invocara su habilidad, entonces la persona que había robado el mapa del séptimo santo, definitivamente, sería encontrado.
—Hermana sénior…
—Vayan, encuéntrenlo.
—Sí.
…
Actualmente, Mo Yi Xuan estaba en el turbulento hoyo del vacío, su respiración se volvía más débil. Debido a que se movía inestablemente, en el momento en que estaba por cerrar sus ojos, un antiguo, oscuro, y diabólico palacio abrió sus puertas.
En medio del bosque, sin personas.
En un terreno plano, un par de ojos se ocultaban en la suciedad, ocasionalmente parpadeaban mientras miraba las figuras volando en el cielo.
—Haha, por suerte, su servidor es inteligente y se enterró a mí mismo. De otra manera, hubiese sido encontrado por todos ustedes.