Las porciones de la bestia fueron divididas y terminadas rápidamente por todos. Los artistas marciales consumían mucha energía, así que incluso una chica como Han Mengmeng, estaba llena después de comer una pierna trasera completa.
—Vámonos, se hace tarde. Espero que lleguemos a la Gran Dinastía Yan después de la puesta de sol —Lin Fan se puso de pie mientras hablaba.
—Está bien, sénior —Zang Tianhao asintió. Todo mundo había permanecido en silencio durante la comida, y habían estado vigilando a Lin Fan. Él no había dicho nada innecesario, ya que creía que mientras más preguntase, más peligroso sería.
Mientras caminaban, Zang Tianhao tenía a Han Mengmeng siguiéndole, sin dejarla acercarse. De esa forma, en caso de que algo ocurriera, él podría ganar un poco de tiempo y permitirle escapar.
En el camino, los otros aceleraron el paso a propósito, esperando llegar a la Gran Dinastía Yan tan pronto como fuese posible.