Débilmente, Lucien preguntó con voz temblorosa.
—Pi... Pierre... ¿Sabes quiénes son las otras tres damas? —Lucien solo era capaz de recordar por sí mismo los ojos de la última joven, de peligrosos ojos azules.
—No, pero puedo imaginar lo que sucedió—Pierre se encogió de hombros—, la señorita Silvia tiene muchas amigas de la nobleza, y algunas de ellas son caballeros que han despertado la Bendición. Bueno... como te quedaste mirando sus piernas de manera tan descortés, seguro que una de sus amigas, probablemente, te acabe de dar una lección usando su poder de caballero.
—Ya veo... me pregunto si la dama más joven era la princesa Natasha. Su poder era tan abrumador. A excepción de la princesa Natasha, no creo que haya otro caballero en Aalto que tenga tanto poder. Y la mujer de mediana edad que está de pie junto a ella puede ser su guardia... —Le dijo Lucien a Pierre pensativamente.