Él abrió los ojos y la vista del techo del hospital lo saludó. Estuvo aturdido por el techo blanco por un instante, incapaz de comprender dónde estaba.
—¿Yu Zhe? ¿Cómo te sientes?
Escuchó una voz familiar junto a su oído.
Yu Zhe volvió la cabeza hacia la fuente de la voz y vio la cara preocupada de Mu Xiaoxiao mirándolo.
Se quedó en blanco por un momento, pero sus recuerdos volvieron rápidamente.
Recordó lo que había sucedido.
—Xiaoxiao... —quería hablar, pero lo que salió de su garganta fue muy ronco, y sintió una sed intensa.
La enfermera cerca de ellos dijo: —Aunque el paciente ya se ha despertado, ha perdido mucha sangre. Necesita un poco de agua para humedecer su garganta y sus labios para hablar correctamente.
—¡Oh, oh, está bien! —Mu Xiaoxiao sirvió un vaso de agua a toda prisa.