Al escucharlo llamarla como su esposita, las orejas de Mu Xiaoxiao se enrojecieron.
Se dio vuelta para irse, pero su pierna se golpeó contra la mesa de café y gritó en la oscuridad.
—Ten cuidado —la placentera voz de Yin Shaojie se escuchó detrás de ella.
Levantándose del sillón, él caminó hacia ella y, tomándola por sorpresa, la levantó de la cintura. —¡Ey! ¿qué estás haciendo? —Mu Xiaoxiao estaba sorprendida.
—Eres muy torpe, me preocupa que choques con algo nuevamente. Pon tus brazos alrededor de mi cuello —le ordenó. Sus brazos musculosos la sujetaron con delicadeza mientras caminaban hacia la habitación.
Y aunque Mu Xiaoxiao se sentía algo tímida, ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello como él le dijo para no caerse.
Yin Shaojie la miró hacia abajo y se rio, pareciendo recordar algo.
Ella podía sentir como vibraba su pecho.
Estaba confundida. —¿De qué te estás riendo?