Mu Xiaoxiao entró con la mirada vacía. Era la primera vez que veía a Lu Yichen tan nervioso.
¿Qué le pasó? ¿por qué necesita que le den el alta tan urgente?
Yin Shaojie caminó hacia él con sus largas piernas sin vacilar y le dijo en tono fuerte: —Hey, Lu, ¿Qué estás haciendo? ¡Una persona herida debería quedarse en el hospital!
Al ver que él estaba ahí, la expresión de Lu Yichen volvió a ser grave. Le lanzó una mirada fría a Yin Shaojie y dijo: —Joven Maestro Yin, no necesito que te preocupes por mí. Entiendo mi situación. Estoy bien y quiero que me den el alta.
Yin Shaojie sonrió y dijo: —¿Quién está preocupado por ti? ¡Si no hubieras salvado a Mu Xiaoxiao, ni siquiera estaría molestándote!
El doctor y la enfermera se hicieron a un lado y se limpiaron el sudor de la frente.