Lu Zhaoyang también descubrió que su hijo se había ido a la cama, por lo que entró a escondidas en su habitación.
Cuando abrió la puerta, vio a su hijo mirando la televisión desde su cama. El chico rápidamente se giró para mirarla cuando la notó.
—Estás despierta, Yangyang.
El niño se arrastró por la cama y se tambaleó hacia ella.
—¿No estás tomando una siesta? —Ella se inclinó y tomó sus manos—. ¿Escuchaste la discusión afuera justo ahora?
¡Eso era completamente inapropiado para él!
—No, soy un buen chico. ¡No escucho lo que se supone que no debo!
Se retiró a su propia habitación justo antes de que comenzara la discusión.
—Ya veo, por favor, continúa.
Pensó en lo que Lin Yazhi le había contado antes y se sintió agradecida de que su hijo no escuchara nada de eso.
Entonces, recordó que Huo Yunting todavía estaba arriba. Debía encontrar una manera de deshacerse de él...
