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Chapter 9 - Capítulo 9: La señora está audicionando para un papel

—¿Quién te crees que eres? —preguntó atónita Lin Che mirando a Lin Li.

Justo cuando Lin Li estaba a punto de abofetear a Lin Che para hacerle entender con quién trataba, su expresión cambió de forma repentina. Una leve timidez se mostró de inmediato en su hermoso rostro cuando le habló con tono gentil a Lin Che:

—Como sea, debes volver a casa pronto. Lin Che, soy tu hermana mayor y quiero que tengas una buena vida.

Lin Che miró confusa su cambio de actitud y se dio la vuelta.

No sabía en qué momento había aparecido la distante y silenciosa figura de Gu Jingze detrás de ella. De inmediato, Lin Li miró al hombre enamorada lo que se podía notar en el brillo de sus ojos.

Mirando hacia su rostro perfectamente esculpido, juntó sus pechos con sus brazos tan fuerte como pudo. Por fortuna, acababa de ir a un tratamiento para los senos y se veían mejor que nunca.

Antes había pensado que Qin Qing era perfecto: muy adinerado y guapo. Sin embargo, frente a ese hombre, era sin dudas inferior. Era obvio por el aura extraordinaria que proyectaba que no era un hombre cualquiera.

Lin Li estaba a punto de perder la cabeza mirando a esa cara que podría intimidar a cualquier mujer. Sin embargo, Gu Jingze solo miró a Lin Li con calma antes de fijar su mirada en el rostro asustado de Lin Che.

Estaba tan blanca como un fantasma, y se veía muy diferente a su tez cálida y suave de la mañana. Sus largas pestañas temblaban un poco, y sus párpados inferiores estaban teñidos de un azul verdoso. Parecía un cachorro que acababa de ser abandonado.

—¿Te sientes mal? —preguntó Gu Jingze mirando a Lin Che, inexpresivo.

Lin Che se estremeció. Levantó la cabeza con dificultad y respondió:

—No, estoy bien.

—Ven conmigo —le ordenó. Sin darle una segunda mirada a Lin Li, caminó hacia adelante a pasos largos.

Lin Che se congeló por un momento. Miró la retorcida expresión de Lin Li. Detrás de Gu Jingze, el asistente la miró fijo, indicándole que lo siguiera. Sin mucha elección, Lin Che se apresuró a seguirlo dejando atrás a una Lin Li pálida, que se quedó allí parada y luego gritó sorprendida:

—¿Lin Che lo conoce? Eso es imposible. Lin Che no es nadie. Ni siquiera se la puede considerar una celebridad de la lista D. Pero, ¿quién es ese hombre? Casi parece ser de la nobleza.

Lin Li era una conocedora. Sabía que el traje italiano hecho a mano que llevaba ese hombre no era algo que cualquiera podía comprar. Los atuendos de ese diseñador eran muy costosos; Qin Qing había querido comprar uno para la fiesta de compromiso, pero no logró reservarlo a tiempo.

Lin Li no pudo evitar sentirse un poco celosa mientras miraba con odio a Lin Che a medida que se alejaba.

Lin Che siguió a Gu Jingze hacia la salida.

—Gracias por tu ayuda ahí adentro.

Gu Jingze no movió la cabeza sino que la miró de reojo.

—¿Qué haces aquí?

—Oh, hay un papel para el que quería audicionar, así que vine a reunirme con el director con la esperanza de poder conseguir una oportunidad —explicó Lin Che.

Gu Jingze le respondió con un "oh" e inspeccionó su atuendo verde azulado. Ella se veía impresionante y llamativa.

—Está bien. Búscame cuando hayas terminado. Te llevaré a casa.

Lin Che asintió.

—Bien, pero ¿qué haces tú aquí?

—Este hotel es propiedad de la familia Gu —respondióél de forma monótona.

"Así que es eso", pensó Lin Che, sorprendida. "Un hotel tan grande…".

Luego, se despidió y se retiró para hacerse cargo de sus asuntos. Al verla irse, Gu Jingze se volteó y le preguntó a su asistente Qin Hao:

—¿Está aquí para una audición?

Mirando en la dirección en que se iba la señora, Qin Hao le informó con respeto:

—Sí. La señora está haciendo una audición para participar en un drama de fantasía en el que la familia Gu está invirtiendo para promocionar nuestros hoteles. El rodaje comenzará pronto y el tercer joven amo es el protagonista masculino principal.

La mirada de Gu Jingze se dirigió a la puerta en la dirección por donde Lin Che había caminado. Bajó la cabeza y le ordenó a Qin Hao:

—Ve y haz algunos arreglos.

***

Cuando Lin Che entró, hizo un gran esfuerzo antes de poder encontrar al director y el productor. Luego, procedió a caminar hacia ellos sin vergüenza alguna.

—Director Jiang, hola.

—¿Y usted es? —preguntó el director con el ceño fruncido.

—Oh, soy Lin Che, una actriz de Dynamic Pictures. Yo...

—Oh, si se trata de la audición, busque al asistente. No estoy a cargo de tales asuntos —se apresuró a responder el director, comprendiendo de inmediato por qué la chica estaba allí.

Por supuesto, Lin Che sabía que cada obra del director Jiang era muy famosa, por lo que, desde luego, era aún más difícil acercarse a él en persona.

Pero, en este tipo de trabajo, a veces se trata de ser de insensible.

—Lo sé, director Jiang. No estoy aquí para pedir el papel. Sólo quería verlo y decirle que lo admiro desde que me gradué en la academia de teatro. Sé que todos los dramas que ha dirigido han sido muy populares y aclamados por la crítica. Su impecable calidad ha dejado a la gente sin palabras. Todo el mundo sabe que una vez que el director Jiang lleva a cabo un proyecto, es seguro que será una producción exitosa con numerosos premios, así que vine a conocerlo en persona…

—Bueno —la interrumpió el director Jiang sin expresión alguna—. Está bien. No sirve de nada halagarme. He visto a innumerables actrices como tú. Cuando digo que no, es no.

—Yo…

Lin Che todavía tenía intenciones de acercarse, pero el director se había dado la vuelta y había entrado sin siquiera mirarla. Intentó seguirlos, pero no logró alcanzar al director. Sin embargo, salió un productor. Al ver a Lin Che, se acercó a ella con una sonrisa amistosa.

—Oye, tú debes ser Lin Che.

Lin Che se sorprendió. Ella se apresuró a mostrar su característica sonrisa y preguntó:

—Productor Chen, ¿me conoce?

—Sí, he visto tus programas. Aunque no tuviste muchas escenas, tu actuación es extraordinaria. ¿Por qué? ¿Quieres un papel?

—Solo busco la oportunidad de hacer una audición —respondió con timidez mientras se sonrojaba.

El productor la evaluó y su mirada comenzó a suavizarse.

—Está bien, hablaré con el director. Puedes venir para una audición dentro de unos días.

—¿De verdad? —preguntó Lin Che mirándolo con grata sorpresa.

—Claro que sí—dijo el productor. Sonrió y la miró gentil—. Ensaya mucho.

Después de eso, Lin Che regresó al lujoso salón para buscar a Gu Jingze.

Él estaba sentado dentro, leyendo los documentos en sus manos. Levantó la vista y vio el indicio de una sonrisa en sus cejas. Cuando sonrió, sus ojos se arrugaron, volviéndola más atractiva.

—¿Por qué pareces estar de buen humor? —preguntó.

Lin Che le contó:

—Sí, sí. Un director famoso aceptó dejarme hacer una prueba para un papel en uno de sus proyectos. Lo sabía; siempre que no dejara de intentar, seguro tendría éxito. De hecho, mi nombre ya ha empezado a correr en la industria del entretenimiento. ¡El productor incluso sabía mi nombre! Mis días dorados están por llegar. ¡Por supuesto que estoy feliz!

Sonrió y colocó su brazo alrededor de Gu Jingze, balanceándolo con alegría.

Gu Jingze bajó la cabeza y miró su mano errante sin saber qué decir.

Sus dedos pálidos y blancos le acariciaban el brazo de una manera acogedora.

Lin Che todavía se bamboleaba, pero, cuando se encontró con su mirada, de repente sintió que algo estaba mal y lo soltó muy rápido.

—Lo siento, lo siento. Estuve mareada por el éxito por un momento y no me di cuenta. No lo volveré a hacer.

Gu Jingze la fulminó con la mirada, pero no sentía que su enfermedad amenazara con atacar.

—Vamos a casa.

Lin Che corrió al trote tras él.

Un enjambre de guardaespaldas altos y fornidos se reunió para despejar el camino. Le abrieron la puerta con actitud imponente como si fuera un emperador en una visita privada. Sus auras eran extraordinarias.

Al mirarlo, Lin Che sintió que él de verdad era diferente del resto.

—Gu Jingze, ¿eres un pez gordo?