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Chapter 10 - Capítulo 10: Así que este es el tipo de mujer que le gusta

—De todos modos, que tengas o no dinero no es asunto mío, ya que nos vamos a divorciar —aclaró Lin Che.

—Es bueno que seas consciente de eso —respondió Gu Jingze riendo.

Lin Che entró al auto. Miró su perfil lateral perfecto y admiró el atractivo ángulo de su mandíbula. De lado, él parecía una escultura impecable. Cuanto más miraba, más aturdida quedaba.

Gu Jingze le echó un vistazo y vio que sus piernas se abrían de par en par, exponiendo un poco su ropa interior blanca. Su silueta era obvia a la vista.

—¿Puedes sentarte con más decencia, como una mujer? —regañó frunciendo el ceño.

Lin Che se puso rígida. Bajó la cabeza y miró su vestido antes de cerrar sus piernas con rapidez. En serio, ¿cómo pudo haber olvidado que llevaba vestido? Levantando la cabeza, sus ojos se encontraron con la mirada reprobatoria de Gu Jingze.

—Como si nunca la hubieses visto antes —se quejó ella de modo desconcertante.

—…

La expresión de Gu Jingze se oscureció.

—¿Puedes al menos lucir como una mujer?

—¿No te divorciarás de mí si luzco como mujer? —replicó con ferocidad Lin Che, dejando a Gu Jingze sin palabras.

Era la primera vez que una mujer se atrevía a gritarle, por lo que se encontró incapaz de adaptarse por un momento.

—Señorita Lin, solo busco que nuestro matrimonio sea más cómodo para ambos. ¿No debería usted asumir alguna responsabilidad también? Después de todo, este incidente surgió por su culpa.

—¡Ja! Estás hablando como si te hubiera forzado a quitarme la ropa esa noche. Lo único que hice fue ponerte duro. No hice que me desvistieras.

—…

Pero el rostro de Gu Jingze parecía aún más sereno.

—Sin embargo, recuerdo cuánto lo disfrutaste. No sólo me abrazaste, sino que no me soltaste hasta el final. Incluso recuerdo que amabas morderte los dedos cuando te excitabas. Tu cara se puso tan roja que parecía que la sangre podía salir de ella en cualquier momento.

El rostro de Lin Che enrojeció de inmediato. Bajo la inquebrantable mirada de Gu Jingze, el calor de su rostro la hizo sentir como si estuviera ardiendo.

—Y-y-y-yo no recuerdo eso, así que debe ser tu imaginación. Recuerdo claramente que fue muy doloroso porque fue tu primera vez. No sabías nada y no eras nada amable.

—Je, je.

De repente, él acercó su rostro y apareció justo delante del de ella. Mientras miraba su cara enrojecida, sintió que ella se veía muy tierna así. Irradiaba un suave encanto femenino, pero había un indicio de maldad en los profundos y oscuros ojos de Gu Jingze.

Lin Che se reclinó en seguida mientras observaba su mirada, tan profunda como un abismo.

La cercanía causó que el aire en todo el automóvil se calentara de forma repentina. Era como si algo sospechoso se estuviera fermentando. La calidez de su cuerpo se extendió hacia ella y provocó que los huesos de Lin Che casi resonaran ante la aparición de un verdadero hombre.

—¿Ves? Justo así—le indicó sonriendo mientras miraba el color de su cara—. ¿Quieres que te tome una foto para que veas?

Lin Che apartó su mano y se recostó en su asiento. Ambos miraron por la ventana como si nada hubiera pasado. Sin embargo, el calor en el auto todavía era palpable y continuó aumentando en intensidad.

La cara de Lin Che ardía hasta el punto que no se atrevía a girar para mirar al hombre que estaba a su lado. ¿Cómo podría ella olvidarlo? Esa fue su primera vez, pero la había regalado de forma tan descuidada, que terminó siendo un terrible tormento.

Llevándose mano a su rostro, pensó desanimada: "¿Está mi cara en realidad tan roja?".

Entonces, el chofer rompió la incómoda tensión cuando anunció:

—Amo, madame, hemos llegado.

Lin Che abrió la puerta del coche a toda velocidad. Sin embargo, el hombre detrás de ella tomó su brazo de forma repentina.

—¿Qué estás haciendo? —le preguntó dándose vuelta para mirarlo.

—¿Por qué estás huyendo? ¿Podría ser que eres tímida? —la molestó, divertido.

—¡Déjame sola!

Lin Che apartó su mano y se apuró para entrar en la casa.

—…

Mientras miraba su figura caminando, Gu Jingze negó con la cabeza. Él salió del coche con movimientos lentos y pausados. Estaba de buen humor mientras veía a Lin Che huir por su vida.

Ella apenas había caminado unos pasos cuando vio a una mujer desconocida de pie junto a la puerta. Era muy hermosa y elegante; al instante recordó tres palabras: joven bien educada.

Lin Che se congeló.

Detrás de ella, Gu Jingze se detuvo en seco y miró a la mujer.

—Huiling…—pronunció con la voz algo ronca.

Mo Huiling era su novia. Cuando la vio, Lin Che pareció entender qué tipo de mujer le gustaba a Gu Jingze.

Con su largo cabello meciéndose con el viento, su rostro brillante y hermoso la hacía lucir como una joven bien educada, y eso se notaba desde lejos.

Estaba vestida con un apropiado abrigo blanco, y debajo llevaba un vestido gris. Se veía brillante, inteligente, refinada y generosa. Con solo mirarla podía notar que era bella y adinerada de la cabeza a los pies.

Lin Che se detuvo por un momento sin saber qué hacer. Solo le quedaba mirarlos aturdidos, consciente de lo tonta que se veía.

Con Gu Jingze de pie junto a ella, parecían una pareja perfecta. Ella era, a todas luces, una mujer distinguida y a la moda. Desde luego, no era tan despistada como Lin Che. Si Gu Jingze estuviera con ella, no había duda de que serían la pareja dorada ante los ojos de todos. El tema del momento y la envidia de la sociedad.

Cuando se dio la vuelta y vio a Lin Che, su delicada barbilla se levantó un poco y miró a Lin Che con desdén. Después de fijarse en ella por un tiempo, su mirada descansó sobre Gu Jingze.

Al notar la tensa situación, Lin Che solo pudo mirar a Gu Jingze por un instante y decir con sensatez:

—Oh, no se ha lavado mi ropa. Voy a hacerlo ahora.

Luego entró a la casa a toda prisa.

Gu Jingze frunció el ceño mientras la observaba huir nerviosa. Luego, giró para mirar a Mo Huiling. Ella resopló y reclamó señalando a Lin Che:

—¿Qué tipo de mujer trajiste a casa?

Gu Jingze contestó:

—¿Leíste el correo electrónico que te envié? No pude evitar que las cosas llegaran a esta etapa. Sé que estarás enojada y triste, pero todo esto se ha convertido en una realidad. No tuve elección; fue un matrimonio que tuve que aceptar.

Y prosiguió:

—Como mi familia cree que ella puede mejorar mi enfermedad, querían que me casara con ella. Mi única opción fue estar de acuerdo. Sé que esto podría ser muy difícil de aceptar para ti ahora, ya que acabas de enterarte, pero es la realidad. Si me dejas, lo aceptaré. Ódiame, regáñame, reclámame. Lo aceptaré todo. He traicionado nuestra promesa, así que aceptaré cualquier cosa que quieras que haga.

Los hombros de Mo Huiling temblaban.

—No quiero golpearte. ¿Cómo podría? Solo quiero preguntarte. ¿Qué voy a hacer? Yo…

—La verdad es que solo somos extraños. Nos conocemos desde hace unos días. Antes del matrimonio, ni siquiera sabía su nombre. Mi familia me obligó a casarme con ella; de verdad, no tuve otra opción. Cuando se presente la oportunidad, en el futuro, me divorciaré de ella.

Al escuchar eso, Mo Huiling levantó la cabeza y lo miró; sus ojos llorosos brillaron.

—¿De verdad?

Gu Jingze asintió.

—Ambos acordamos el divorcio desde el principio.

Gu Jingze y Mo Huiling se quieren desde la infancia. Solo porque de repente él se enfermó y ya no podía tocar a ninguna mujer, no les era posible estar juntos.

La familia Gu quería que él encontrara una joven que pudiera darle hijos, pero, cuando Mo Huiling estaba cerca de él, le salían ronchas y su enfermedad empeoraba. Ella había probado todos los métodos, desde no usar cosméticos hasta tomar medicamentos. Sin embargo, las terribles erupciones todavía aparecían por todo su cuerpo.