Carnicero quedó atónito por un momento, y perdió momentáneamente su sonrisa.
—Bien, ya que tienes tanta ambición, me anticiparé con entusiasmo.
Después de dejar el laboratorio, Wang Zheng también comenzó a interesarse por el Abismo. Aunque era un lugar bastante peligroso, infestado con todo tipo de insectos extraños, la antigüedad de Carnicero significaba que sin duda tendría alguna información privilegiada. Parecía que ese espacio era un poco extraño, como si hubiera algunos rastros de la civilización humana, pero eso se consideraba una posibilidad bastante improbable.
Al principio, Carnicero simplemente tenía curiosidad por las peculiaridades de los insectos de allí. Pero gradualmente, comenzó a interesarse por sus capacidades evolutivas. Si la bioingeniería humana era capaz de replicar las características de tal criatura, ¿daría la humanidad en general un paso adelante?
Eso definitivamente sería una innovación revolucionaria.