Al llegar a la estación especial, todos miraron a su alrededor con gran interés. Era… más limpio de lo que habían esperado. El aire era fresco, había plantas exuberantes por todas partes y hasta los bordes de la carretera tenían parterres con diferentes flores y hierbas. No era el lugar en malas condiciones que se habían imaginado.
Pero, al examinarlo mejor, se dieron cuenta de que la mayoría de las personas eran hombres de negocios. Estos tenían aspecto fuerte y rostros solemnes. Tras ellos iban feroces guardaespaldas. Eso demostraba que, después de todo, seguía siendo Yagorus y sus rostros juveniles eran los que estaban fuera de lugar.
En el momento siguiente, aparecieron frente a ellos dos vehículos maglev. Eran sus medios de transporte.
―Por todos los dioses, eso se ve sólido. ¿Viene con su propio sistema escudo de energía? ―preguntó Atos. Aunque había sido descalificado, había ido con los otros como adversario.