Sin saberlo, la distancia entre los dos se había reducido. Había que decir que Wang Zheng solía ser atormentado por Cabeza de Hueso. De hecho, debido a éste, Wang Zheng sentía una ligera aversión a las chicas hermosas. En su mente, Wang Zheng evocó una imagen de Cabeza de Hueso usando maquillaje para ayudarse a sí mismo a enfocarse y no distraerse.
Sin embargo, una chica hermosa seguía siendo una chica hermosa a pesar de todo.
Meng Tian tenía un cuerpo increíble y no había nada de malo en sus rasgos. Tenía una piel impecable, blanca como la nieve y aparte de su personalidad fría, realmente era una belleza de la que cualquiera se enamoraría a primera vista.
Incluso si Wang Zheng era lento en reaccionar a eso, eventualmente sucumbiría al encanto de la otra parte.
Sin embargo, en aquél momento, Wang Zheng podía sentirlo. Meng Tian se levantó apresuradamente.
—Voy a ir primero. Ayudaré a tu amigo a pasar la carta a An Mei. No te preocupes por eso.